En las últimas 48 horas, el ejército israelí ha intensificado sus bombardeos y avances con tanques en la ciudad de Rafah, intentando penetrar en las dos únicas partes que aún no controla: el norte y el oeste. Rafah, situada en la frontera con Egipto, es la zona en la que la mayoría de los 2.3 millones de residentes de Gaza ha terminado concentrándose durante meses después de varios desplazamientos forzosos.
Israel comenzó su invasión a principios de mayo, inicialmente tomando la frontera con Egipto, que ha permanecido cerrada desde entonces para la entrada de ayuda humanitaria. Posteriormente, el ejército israelí rodeó la ciudad, en la que se estima que quedan entre 50,000 y 100,000 personas. Entre estos se encuentran milicianos que combaten el avance israelí con emboscadas en cada barrio.
El resto de la población, que supera el millón de personas, ha huido, ya sea por miedo o por órdenes militares israelíes, a la zona de protección humanitaria ampliada de Al Mawasi, situada en la costa. La Media Luna Roja palestina ha informado de la muerte de 25 personas en un bombardeo israelí contra tiendas de campaña de los desplazados. El ejército israelí afirma que está investigando estas afirmaciones.
Ahmed al Sofi, alcalde de Rafah, ha declarado en un comunicado difundido por Hamás que toda la ciudad, donde no hay ningún centro médico en funcionamiento, es ahora escenario de operaciones militares israelíes. Las familias desplazadas que aún permanecen allí carecen de sus necesidades diarias mínimas de comida y bebida.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sitúa a Rafah como el lugar donde se pasará de una derrota simbólica a una «victoria total». Rafah alberga los túneles que conectan con Egipto, de los cuales el ejército asegura haber encontrado 25, y los últimos cuatro batallones de Hamás en pie. Las Fuerzas Armadas están bombardeando la zona por tierra, mar y aire, con mayor intensidad desde el miércoles, lo que ha generado miles de desplazados adicionales.
Uno de los residentes de Gaza que sigue en la ciudad, Hatem, de 45 años, describió la noche pasada como «una de las peores» en el oeste de la ciudad, con bombardeos desde drones, cazabombarderos, navíos de guerra y tanques. Las autoridades sanitarias de Gaza han informado de 32 muertos durante la jornada en Rafah. Ya hay tanques a lo largo de todo el corredor Filadelfia (la frontera con Egipto), así como en el este, centro y sur de la ciudad.
El coronel Liron Betito, de la Brigada de Infantería Givati, ha señalado a los corresponsales militares israelíes que «Calculo que para [alcanzar] nuestro próximo objetivo, que es terminar [las zonas de] Shabura y Tel al Sultan, que queremos demoler por completo, tardaremos más o menos un mes, a este nivel de intensidad».
Israel asegura haber matado a 550 milicianos en las seis semanas de enfrentamientos en Rafah, en las que ha perdido 22 soldados, casi la mitad el pasado domingo, en su jornada más letal en medio año. El Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás en Gaza, que no especifica si los muertos son civiles o milicianos, ha informado de decenas de palestinos muertos cada día en distintas partes de Gaza. La mayoría son menores o mujeres y superan los 37.000 en lo que va de guerra, que ya dura más de ocho meses.
Aunque el foco está en Rafah, los bombardeos israelíes también se extienden al centro y norte de Gaza. El Ayuntamiento de la capital ha informado de la muerte de cinco empleados que operaban pozos municipales, en un bombardeo a un garaje que pertenecía al consistorio. Tenían entre 24 y 54 años.