La Dirección General de Tráfico (DGT) de España ha hecho un uso notable de los helicópteros Pegasus para la vigilancia de carreteras. Estos helicópteros, equipados con cámaras de alta definición, son capaces de identificar con precisión las infracciones de tráfico y determinar con exactitud la velocidad de un vehículo. Este sistema aéreo ha revolucionado la forma en que la DGT vigila y regula el tráfico, siendo hoy en día difícil imaginar su labor sin la presencia de estos helicópteros.
La efectividad de los medios aéreos de la DGT no sólo se mide por su capacidad para identificar infracciones y emitir sanciones, sino también por su capacidad disuasoria. Según Eduardo Hernando, cabo primero de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y operador de radar, la presencia de los helicópteros Pegasus reduce el número de siniestros en carretera. A una altura de unos 200 metros, los ciudadanos pueden percibir la presencia de estos helicópteros, lo que ejerce un efecto disuasorio sobre posibles infracciones.
Los medios aéreos de la DGT tienen una historia larga y fascinante que se remonta a hace más de seis décadas. La Jefatura Central de Tráfico, que más tarde se convertiría en la DGT, fue fundada el 30 de julio de 1959. Los primeros helicópteros de Tráfico comenzaron a operar en 1961, con base en el aeródromo de Cuatro Vientos. Además de su labor de vigilancia, estos helicópteros también se usaron para asistencia sanitaria en carretera durante los años noventa, realizando 2.500 evacuaciones y asistiendo a 9.000 heridos.
La vigilancia aérea tal y como la conocemos hoy comenzó con la introducción de la tecnología Pegasus en 2013. Esta tecnología permitió controlar con precisión la velocidad de los vehículos. En 2018, se comenzó a utilizar un nuevo medio aéreo: los drones. Los drones facilitan el control de las carreteras desde el aire a un coste menor y requieren el trabajo de sólo dos personas, un piloto y un operador de cámara.
Pese a su efectividad, los helicópteros Pegasus representan una inversión económica significativa para la DGT. En 2023, los helicópteros de la DGT realizaron 1.900 vuelos, totalizando 2.909 horas de vuelo y emitiendo 19.613 multas. Si consideramos que el coste de la hora de vuelo es de 1.500 euros, las salidas de los helicópteros en 2023 habrían costado alrededor de 4,3 millones de euros. Para que esta inversión sea económicamente rentable, la multa media de las sanciones emitidas debería ser de más de 200 euros.
La DGT cubre todo el territorio peninsular con bases en Madrid, Málaga, Santiago de Compostela, Sevilla, Valencia, Valladolid y Zaragoza. También realiza controles especiales en las Islas Baleares e Islas Canarias. Aunque se ha criticado a la DGT por tener un fin recaudatorio, las cifras indican que los helicópteros suelen ser selectivos en las infracciones captadas y las sanciones emitidas. Una buena parte de su trabajo va destinado a controlar el tráfico y trasladar incidencias a los centros de control para mejorar la seguridad de las carreteras y la regulación del tráfico.
Las cifras por ciudad muestran una variación en el número de vuelos, las horas de vuelo y las denuncias emitidas. Por ejemplo, en Madrid se realizaron 705 vuelos, acumulando 1.022 horas de vuelo y emitiendo 8.160 denuncias. En comparación, en Málaga se realizaron 209 vuelos, con 357 horas de vuelo y 1.381 denuncias emitidas. La ciudad con la mayor cantidad de denuncias por vuelo fue Zaragoza, con 17 denuncias por vuelo.
Los helicópteros Pegasus han demostrado ser una herramienta valiosa en la labor de la DGT. A pesar de su coste, su capacidad para identificar infracciones, emitir sanciones y, lo más importante, disuadir a los conductores de cometer infracciones, los convierte en una inversión que contribuye a la seguridad vial y a la regulación del tráfico en las carreteras españolas.