El martes pasado, en la Comisión de Gobierno de la Cámara, el diputado republicano José Carlos Meza expresó su apoyo a la indicación gubernamental que buscaba reducir el financiamiento electoral a candidatos y partidos en las próximas elecciones regionales y municipales. La propuesta, defendida por la subsecretaria general de la Presidencia, Macarena Lobos, fue la misma que la mayoría de los senadores oficialistas habían rechazado previamente en la Cámara Alta.
La indicación gubernamental fue finalmente repuesta con ocho votos a favor, dos en contra y tres abstenciones. Este voto fue un adelanto de los resultados que se podrían dar en la sala de la Cámara, donde no se espera el tradicional alineamiento de oposición versus oficialismo al momento de decidir sobre esta disposición que reduce el financiamiento fiscal a las campañas.
Resulta sorprendente que el gobierno contará con el apoyo de diputados que suelen ser críticos de las políticas gubernamentales. Entre ellos, los republicanos y los independientes Johannes Kaiser y Pamela Jiles, quienes tienen una clara posición distante del Ejecutivo.
Jiles expresó que lo relevante de este proyecto es la indicación presentada por el gobierno, que se hace cargo del Chile real. En el contexto de estas elecciones, los partidos pretenden sacar tal cantidad de dinero que convierten estos comicios en un negocio. Este problema lo intenta resolver la indicación del gobierno, a la que ella ha titulado como ‘esta platita ya no será tuya’ y que votará a favor.
Por su parte, el diputado Kaiser manifestó que respaldará la indicación del Ejecutivo para reducir la plata que se paga por voto. En un país con tantas necesidades, es mejor que los recursos queden en las arcas fiscales, en vez de los partidos, expresó el diputado Stephan Schubert, jefe de bancada republicanos-independientes.
Además de los republicanos, la indicación para reducir el gasto fiscal será apoyada por independientes como Johannes Kaiser y Pamela Jiles, quienes tienen una clara posición distante del Ejecutivo.
No solo eso. Al menos en este tema, La Moneda tendrá alineados a sectores del oficialismo que suelen actuar con cierta rebeldía. Por ejemplo, a favor de la indicación ayer votó el diputado Matías Ramírez (PC), quien es parte de un grupo dentro de su partido que reiteradamente ha manifestado su descontento por la marcha del gobierno.
La bancada PPD-independientes, conocida por su autonomía respecto de las directrices de La Moneda, también acordó respaldar férreamente al gobierno en la reducción del gasto, aun cuando sus senadores votaron en contra.
En este escenario, las razones del Ejecutivo para impulsar una rebaja del financiamiento a las campañas se sustentan en la vigencia del sufragio obligatorio, que además tendrá una multa de hasta $200 mil a quienes no voten. Dado que se prevé que habrá una mayor concurrencia a las urnas, esto impactará directamente en las arcas fiscales, pues actualmente los partidos y los candidatos reciben un reembolso por cada voto obtenido.
El Ejecutivo propone que el reembolso fiscal a los candidatos sea rebajado de $1.500 a $970 por cada voto recibido, mientras que la devolución adicional, que se entrega a los partidos que patrocinan a esos postulantes, baje de $560 a $370. La idea de La Moneda es que estos dineros fiscales se sigan entregando según gasto rendido.
Pese a los argumentos de responsabilidad y ahorro fiscal que ha esgrimido el gobierno, no todos en el oficialismo ni en la oposición están convencidos. Mayoritariamente el PS y la UDI rechazarán el recorte. En el PC, RN y la DC están divididos, mientras que los liberales y radicales aún no fijan postura.
Por su parte, el Frente Amplio está mayoritariamente a favor de reducir el aporte a las campañas, al igual que los republicanos, los PPD, los Demócratas y gran parte de los independientes.