El 17 de junio de 2023 marca la sombría conmemoración del primer aniversario del trágico accidente en el que el sumergible Titan implosionó en su ruta hacia el Titanic, provocando la muerte de cinco personas. A pesar de las incógnitas que aún rodean el incidente, ya se están gestando nuevos emprendimientos comerciales para repetir el peligroso descenso con turistas a bordo.
La Consejo de Seguridad del Transporte de Canadá (TSB, por sus siglas en inglés) publicó una actualización de la investigación en curso, en la que se revela que el Titan operó desde 2021 sin estar registrado o certificado en Canadá ni en ningún otro país.
El TSB también identificó otros sumergibles operando en las aguas canadienses y en la zona económica exclusiva del país, tanto antes como después del trágico incidente de junio de 2023, que no estaban registrados con ningún país. Como resultado, la agencia federal informó al Ministerio de Transportes de Canadá a principios de este año sobre el riesgo que representan los sumergibles que operan en las aguas canadienses.
El peligro de los sumergibles no certificados quedó patente con la tragedia del Titan, un batiscafo único en su género construido de fibra de carbono y teóricamente capaz de sumergirse hasta 4.000 metros de profundidad. A bordo iban el millonario empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman, el explorador británico Hamish Harding, el explorador francés Paul-Henri Nargeolet y el CEO de OceanGate, Stockton Rush.
El Titan comenzó su inmersión hacia el Titanic y, aproximadamente 1 hora y 45 minutos después del inicio del descenso, se perdió toda comunicación con el sumergible. Las tareas de búsqueda y rescate comenzaron de inmediato. El 22 de junio, el Servicio de Guardacostas de EE.UU. confirmó el hallazgo de los restos del sumergible y la muerte de todos sus ocupantes.
Aunque el Titan era un sumergible estadounidense operando en aguas internacionales, el sumergible partió desde territorio canadiense, por lo que tanto Canadá como los Estados Unidos continúan con su investigación un año después.
El Titanic, el transatlántico británico que se hundió el 15 de abril de 1912 en el Atlántico Norte, se encuentra fuera de las aguas canadienses. Terranova es el lugar más cercano al sitio del naufragio. Por esta razón, OceanGate, la empresa dueña del sumergible Titan, operaba desde 2021 en la localidad canadiense de Cape Race, a unas 325 millas náuticas al noroeste del lugar del hundimiento del Titanic.
Desde Cape Race partió en junio de 2023 el barco nodriza del Titan, el Polar Prince, arrastrando el batiscafo de OceanGate junto a su plataforma.
En un comunicado emitido el lunes, el Servicio de Guardacostas de EE.UU. advirtió que la investigación aún está en marcha pero llevará más tiempo de lo esperado inicialmente debido a su complejidad.
La teoría dominante es que el casco de fibra de carbono del Titan había sufrido microfracturas en inmersiones previas, debilitando la estructura hasta que no pudo soportar las enormes presiones de la inmersión hacia el Titanic.
El empresario inmobiliario de Ohio, Larry Connor, planea descender 3.800 metros hasta los restos del Titanic, un proyecto que podría llevarse a cabo en 2026. Para ello, se ha asociado con Patrick Lahey, cuya empresa Triton Submarines se especializa en la construcción de batiscafos para grandes profundidades.
Connor y Lahey han enfatizado que su proyecto no es comparable al de OceanGate y Titan. Según Triton Submarines, el Triton 4000/2 Abyssal Explorer, cuyo casco es básicamente una burbuja acrílica con capacidad para dos personas y tiene un precio estimado de 20 millones de dólares, estará certificado para sumergirse hasta unos 4.000 metros.
«Quiero mostrar al mundo que aunque el océano es muy poderoso, puede ser maravilloso y se puede disfrutar, además de transformar tu vida, si se hace de la forma apropiada», declaró Connor. «Me preocupa que la gente asocie los submarinos, especialmente los que son nuevos o diferentes, con el peligro o la tragedia».