El lunes, 17 de junio de 2024, un avión de pasajeros de Virgin Australia se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en un aeropuerto de Nueva Zelanda después de que un incendio inutilizara uno de sus motores. El incidente, que tuvo lugar en el aeropuerto de la ciudad neozelandesa de Invercargill, fue manejado con éxito por el equipo de bomberos del país oceánico y, afortunadamente, todos a bordo desembarcaron de manera segura.
El vuelo en cuestión, un Boeing 737-800 de Virgin Australia, estaba originalmente destinado a Melbourne, Australia. Sin embargo, el incendio en uno de sus motores obligó a la aeronave a desviarse de su ruta y realizar un aterrizaje de emergencia en Invercargill, una ciudad en el extremo sur de Nueva Zelanda.
La supervisora de turno de Bomberos y Emergencias de Nueva Zelanda, Lynn Crosson, informó que los bomberos rodearon al avión tan pronto como aterrizó en Invercargill, aproximadamente 50 minutos después de despegar de Queenstown, una popular ciudad turística en la Isla Sur de Nueva Zelanda.
Aún no se han revelado detalles específicos sobre la causa del incendio del motor o el número de pasajeros a bordo del avión en el momento del incidente. Catherine Nind, portavoz del aeropuerto de Queenstown, confirmó que estos detalles aún no se conocen.
Sin embargo, Virgin Australia emitió un comunicado a través de correo electrónico donde indicó que el incidente podría haber sido causado por «un posible choque con un pájaro«. Esta es una posibilidad común en incidentes de aviones, especialmente durante el despegue y el aterrizaje, cuando los aviones están a altitudes más bajas.
Queenstown, la ciudad desde donde despegó el vuelo, es un popular destino turístico en la Isla Sur de Nueva Zelanda. Con una población de 53.000 habitantes, la ciudad es conocida por sus actividades de esquí, turismo de aventura y vistas alpinas. Su aeropuerto es uno de los más concurridos de la isla, con numerosos vuelos que llegan y salen diariamente.
El incidente de Virgin Australia es un recordatorio de los peligros potenciales que enfrenta la industria de la aviación y la importancia de mantener altos estándares de seguridad. Afortunadamente, en este caso, la rápida respuesta del equipo de bomberos y la tripulación del avión aseguraron que todos a bordo estuvieran a salvo.
Este incidente también resalta la importancia de la formación y la preparación para emergencias en la aviación. La capacidad de la tripulación para manejar la situación y guiar el avión a un aterrizaje seguro en Invercargill demuestra su profesionalismo y dedicación para garantizar la seguridad de los pasajeros.
El incidente está siendo investigado por las autoridades pertinentes y Virgin Australia está cooperando plenamente con la investigación. La aerolínea también está trabajando para ayudar a los pasajeros afectados por el incidente a llegar a sus destinos finales.
Esperamos que este incidente sirva de recordatorio para la industria de la aviación sobre la importancia de la preparación para emergencias y el mantenimiento constante de los equipos para garantizar la seguridad de todos los pasajeros y tripulantes.