La campaña electoral exprés de dos semanas para las elecciones legislativas en Francia arrancó oficialmente este lunes, marcada por la incertidumbre sobre los resultados y la posibilidad de que el partido de la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, llegue al poder. Esta coyuntura política se produce tras la decisión del presidente, Emmanuel Macron, de convocar elecciones anticipadas, luego del fracaso electoral del pasado domingo en las elecciones europeas. La convocatoria ha generado una sacudida política, con una derecha fracturada y la izquierda unificándose para prevenir el ascenso de Le Pen al poder.
El desafío para el Gobierno es que no tiene mayoría en la Asamblea, por lo que la extrema derecha podría tomar el control si consigue mayoría relativa. De ser así, Macron tendría que elegir un nuevo Ejecutivo considerando la nueva configuración de la Cámara. Durante las próximas dos semanas, los distintos bloques intentarán convencer a los votantes aún sorprendidos por la necesidad de acudir a las urnas.
Macron ha intentado explicar su decisión, que ha sido polémica y criticada por gran parte de la izquierda, e incluso dentro de su propio bloque, ya que muchos consideran que ha entregado la llave del Gobierno a Le Pen. Entre los críticos más notables se encuentran los ex presidentes: Franois Hollande, quien formó parte del equipo de Macron, ha decidido presentar su candidatura como diputado, «dada la gravedad de la situación». Nicolas Sarkozy, por su parte, mencionó en una entrevista al periódico LJDD que esta decisión «es un riesgo mayor» para el país.
La semana pasada, Macron solicitó a los partidos moderados que se unan para frenar a los extremos en el país. Con esto, se refería principalmente a Le Pen y a la extrema izquierda de La Francia Insumisa, liderada por Jean-Luc Mlenchon. Este último partido se ha unido a los socialistas, ecologistas y comunistas para presentar candidaturas conjuntas en lo que han denominado como Nuevo Frente Popular.
Otro aspecto a destacar es que, el domingo finalizó el plazo para presentar candidaturas, lo que generó cierta tensión dentro de La Francia Insumisa. Algunos miembros que quedaron fuera han denunciado una purga, y el diputado Adrien Quatennens, condenado por maltrato a su mujer, decidió no presentarse por el bien del partido.
En la derecha tradicional, esta crisis ha ocasionado un cisma en Los Republicanos. Su presidente, Eric Ciotti, pidió unirse a Le Pen, lo que le costó su expulsión del partido. Sin embargo, la Justicia anuló la decisión y, actualmente, se encuentra bajo investigación por supuesto desvío de fondos públicos.
Incluso el mundo del fútbol se ha movilizado, cuando el domingo Kylian Mbapp pidió a los jóvenes que vayan a votar para «frenar a los extremos». Con este mensaje, se alinea con Macron, al hablar de extremos y no solo de la derecha radical. Para el presidente, La Francia Insumisa representa un riesgo para el país equiparable al de Le Pen.
Los bloques ya han presentado algunas ideas de sus programas políticos, en su mayoría centrados en la economía y destinados a mejorar el poder adquisitivo de los franceses, la principal preocupación del país, junto con la inseguridad. Jordan Bardella, candidato del Reagrupamiento Nacional a las europeas, obtuvo el 32% de los apoyos, el doble que la aspirante del partido macronista, Valrie Hayer. Macron justificó su decisión de disolver la Asamblea basándose en que no podía permanecer sordo al veredicto de las urnas. Los comicios se celebrarán el 30 de junio y el 7 de julio, semanas antes del inicio de los Juegos Olímpicos de París.