Las grandes carreras de automovilismo, ya sean la Fórmula 1, las 24 Horas de Le Mans, las 24 Horas de Nürburgring, la Indy 500 o similares, siempre han sido un imán para los aficionados al motor. Sin embargo, en los últimos tiempos, estas competencias de alto perfil han adquirido una nueva dimensión, convirtiéndose en una plataforma atractiva para que las marcas de automóviles exhiban sus últimas novedades o avances tecnológicos.
Este fenómeno no es nuevo. Durante años, las marcas de automóviles han desplegado sus últimas creaciones en eventos públicos. Pero la proliferación de nuevas tecnologías ha cambiado el paradigma, permitiendo que los fabricantes de automóviles muestren sus productos en eventos de difusión mundial. Al hacerlo, están poniendo en peligro la tradicional función de los salones del motor, aunque estos eventos todavía ofrecen la ventaja de permitir el contacto cara a cara entre directivos, ingenieros y periodistas.
Un ejemplo reciente y significativo de esta tendencia tuvo lugar en las 24 Horas de Le Mans 2024. Antes del inicio de la carrera, se pudo ver a varios prototipos propulsados por hidrógeno, como el Ligier JS2 RH2, el Foenix H2 de Solution F y el Alpine Alpenglow, que rodaban por la pista. A estos se sumó el Toyota GR H2 Racing Concept, presentado anteriormente.
Las marcas de automóviles se sienten atraídas por estos eventos por varias razones. Aparte de la oportunidad de presentar novedades en campeonatos donde ya invierten grandes cantidades de dinero, los fabricantes pueden aprovechar la afluencia de personas y la difusión a nivel mundial. Además, los eventos ofrecen grandes espacios adecuados para la promoción, así como el acomodamiento de VIP, periodistas invitados y demás.
Otro evento destacado que ha adoptado este nuevo modelo es el Festival de Goodwood. En este caso, el pasado, el presente y el futuro del automóvil se unen en un espectáculo eminentemente británico, que también se adapta al calendario de la Fórmula 1 para facilitar la presencia de los equipos de la categoría reina.
A pesar de esta tendencia, los salones del motor aún tienen un lugar en la industria. Esto es especialmente cierto para los coches de competición, donde los salones como el de París, Múnich, Tokio o Pekín siguen siendo la opción preferida por fabricantes de todo el mundo. De hecho, es posible que la transición hacia un modelo híbrido, donde las tradiciones y los nuevos entornos conviven y se complementan, sea la mejor solución para satisfacer las diferentes necesidades de marcas y fabricantes.