El Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen se ha convertido en un partido clave en Francia, con la posibilidad de tomar las riendas del gobierno tras las elecciones legislativas anticipadas del 30 de junio y el 7 de julio. Durante años, el RN estuvo relegado a un enclave ideológico y social, etiquetado por los demás partidos como de ultraderecha y asociado principalmente con la clase trabajadora blanca y las ciudades pequeñas y medianas, especialmente en el norte desindustrializado de Francia y la cuenca mediterránea.
Sin embargo, con el tiempo, el RN ha logrado salir de este enclave. En las elecciones europeas del 9 de junio, obtuvo un tercio del total de votos en Francia y fue el partido más votado en el 93% de los municipios, demostrando su creciente presencia en todo el país. A pesar de seguir dominando entre la clase trabajadora, los residentes de municipios rurales, las rentas bajas y los menos educados, el RN ha logrado introducirse con fuerza en categorías que antes parecían inaccesibles, como los mandos intermedios de las empresas y los jubilados.
Jérôme Sainte-Marie, un experto en demoscopia y responsable de la escuela de formación teórica del partido de Le Pen, ha subrayado que el RN es un partido tan legítimo y republicano como cualquier otro, una declaración que ha sido cuestionada por muchos oponentes. No obstante, la percepción de los votantes parece estar cambiando, y para muchos ya no es un tabú votar por el RN.
Marine Le Pen, que asumió el liderazgo del partido hace más de una década, ha emprendido un proceso de desdiabolización. Decidió expulsar a su padre y cofundador del partido, Jean-Marie Le Pen, conocido por sus declaraciones racistas y antisemitas, y cambió el nombre del partido de Frente Nacional, una marca asociada con la toxicidad, al inclusivo Reagrupamiento Nacional. Le Pen también ha moderado algunas de las propuestas más radicales del partido, como la salida del euro, y ha suavizado la retórica agresiva del partido.
Alexandre Loubet, jefe de la exitosa campaña europea del RN, ha celebrado la evolución del partido, afirmando que ya no hay territorios inaccesibles para ellos. Según Sainte-Marie, el partido ha experimentado «movimientos importantes desde el punto de vista sociológico», incluyendo la conquista de las clases medias y los jubilados jóvenes.
A pesar de su progreso, el RN sigue enfrentándose a retos en las grandes ciudades y entre las categorías con mayor nivel educativo. También hay dudas sobre su capacidad para gestionar la economía. Sin embargo, el partido se siente fuerte y cerca de alcanzar su objetivo. Si en las elecciones legislativas el RN se convierte en el partido con más diputados y entra en el gobierno, la desdiabolización del partido, aunque algunas de sus ideas sean idénticas a las del antiguo Frente Nacional, se habrá completado.
El RN de Marine Le Pen se ha convertido en un actor político significativo en Francia, demostrando su capacidad para captar una amplia gama de votantes y desafiar las expectativas. Esta evolución es un testimonio del cambio en el panorama político de Francia, y posiblemente, en el de Europa en general.
