El sábado 15 de junio de 2024, ocho soldados israelíes fueron asesinados en la Franja de Gaza en el ataque más letal que ha llevado a cabo Hamas desde enero de este año. Este incidente marca un nuevo y agudo aumento en la violencia en la región, que ha visto un continuo conflicto entre Israel y Hamas, el grupo militante palestino.
El incidente ocurrió temprano en la mañana cuando un vehículo blindado del Batallón de Ingeniería 601 fue alcanzado por una potente explosión mientras su convoy regresaba de una incursión nocturna en el barrio de Tel Al Sultan, en Rafah. Según el ejército israelí, esta incursión resultó en la muerte de alrededor de 50 milicianos.
El vehículo, que fue el quinto en la formación del convoy y que llevaba material explosivo, fue destruido en la explosión. En el acto murieron un oficial y siete soldados. Las tropas tardaron dos horas en mover el vehículo destrozado a un lugar más seguro. Con esto, el número total de soldados israelíes muertos en la Franja de Gaza desde el inicio de la ofensiva terrestre a finales de octubre se eleva a 307.
Horas antes del anuncio del ejército a media tarde, el brazo armado de Hamas había comunicado que habían matado e hirieron a soldados israelíes en una «compleja emboscada» en Rafah, el último gran bastión organizado de la milicia tras más de ocho meses de guerra. Tras la confirmación de la muerte de los soldados de Israel, Hamas se jactó de su «gran éxito ante la agresión sionista contra el pueblo palestino» y prometió continuar su guerra de guerrillas.
El Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamas, afirma que 37.296 palestinos murieron en la ofensiva lanzada por Israel en respuesta al ataque yihadista del pasado 7 de octubre que causó 1.200 muertes y 250 secuestros. Actualmente, 116 rehenes siguen en cautiverio junto a otros cuatro (dos ciudadanos y dos cadáveres de soldados) en manos de Hamas en la Franja de Gaza desde hace unos años.
En Tel Aviv, miles de israelíes se manifestaron para exigir un acuerdo de tregua con Hamas que permita la liberación de los secuestrados. Las familias de los secuestrados afirman que este es el método más seguro y factible para que los rehenes puedan regresar a casa.
Después de 253 días de guerra y sin un acuerdo de tregua a la vista, los principales combates se llevan a cabo en Rafah y en algunas áreas del centro del enclave palestino donde Hamas ha vuelto a tener presencia armada y de control.
Se prevé que una vez que Israel termine su operación militar en Rafah a finales de mes, donde se cree que el líder de Hamas, Yahia Sinwar, se encuentra escondido y rodeado de secuestrados, podría lanzar una ofensiva a gran escala contra la milicia libanesa Hizbul.
En respuesta a la muerte de uno de sus líderes en un ataque aéreo israelí el martes pasado en el Líbano, Hizbul ha incrementado sus ataques con proyectiles, misiles y drones explosivos contra el norte de Israel. La guerra entre ambas partes, que podría ser peor que la del 2006, parece cada vez más posible. Este devastador escenario para israelíes y libaneses es algo que Estados Unidos intenta evitar con la visita prevista este lunes de su emisario especial Amos Hochstein a una zona con numerosos frentes abiertos.