El vehículo más poderoso del mundo, según el Libro Guinness de los Récords, es «The Beast», un monstruo motorizado que no puede ser ignorado. El chasis personalizado de «The Beast», revestido con una carrocería de fibra de vidrio, alberga un motor de caza Spitfire fabricado por Rolls-Royce. Este vehículo era capaz de superar a todos los superdeportivos de los años 70.
Lo que distingue a «The Beast» no es su velocidad ni su potencia, sino su título como el vehículo más poderoso. Imagina maniobrar un enorme vehículo de 5,9 metros de largo, con un morro lo suficientemente grande como para jugar un partido de tenis, y con un motor V12 de 27 litros que produce casi 1000CV. Este vehículo también tiene la capacidad de desplazarse legalmente por las calles de tu ciudad, aunque es probable que su consumo de 118 litros por cada 100 kilómetros sea menos atractivo. A pesar de su apariencia grotesca, este coche tiene un encanto único que atrae a muchos entusiastas del motor.
La historia de «The Beast» está estrechamente ligada a su creador, John Dodd. Dodd se encontró con «The Beast» cuando todavía era «pequeño». En aquel momento, un hombre llamado Paul Jameson había construido el vehículo y había instalado un motor Rolls-Royce Meteor, un V12 utilizado en tanques que produce 750CV y 1000Nm de par motor. Para manejar toda esa potencia y transmitirla a las ruedas traseras, se necesitaba una caja de cambios a la altura. En los años 70, cuando nació «La Bestia», John Dodd era el especialista en transmisiones automáticas al que debías acudir para tales proyectos.
John Dodd, al ver este coche, sintió la necesidad de hacer algo más. Como apasionado del motor, decidió comprar «The Beast» y equiparlo con un motor aún más potente. Este nuevo motor, llamado Rolls-Royce Merlin, es un V12 de 27 litros que se utilizaba en los cazas de combate Spitfire de los años 30 y 40. Sin sobrealimentación, este motor produce alrededor de 950CV y un impresionante par motor de 1.030Nm a solo 1.000rpm.
«The Beast» requería unos 40 litros de aceite para lubricar su bestial motor. Gracias a las modificaciones realizadas por Dodd, teóricamente, el coche podía alcanzar velocidades de más de 350 km/h. Sin embargo, el RAC confirmó en 1973 que su velocidad máxima era de cerca de 300 km/h.
A pesar de su impresionante potencia, «The Beast» ha sido objeto de críticas y elogios a partes iguales. Algunos lo aman por su diseño único y su potencia monstruosa, mientras que otros lo consideran una aberración. Entre sus detractores se encontraba la propia Rolls-Royce. La empresa demandó a Dodd por utilizar su parrilla en «The Beast». Finalmente, Rolls-Royce ganó el caso y Dodd se mudó a Málaga, España, para evitar más problemas. «The Beast» se unió a él unos años más tarde, pero tuvo que cambiar su parrilla Rolls-Royce por una con las iniciales de Dodd.
A pesar de los problemas legales, en el Libro de Registro V5 del Reino Unido, «The Beast» sigue figurando como un Rolls-Royce. Tras la muerte de Dodd a finales de 2022, «The Beast» fue subastado y vendido a un comprador privado británico por 72.500 libras en marzo de 2023. Con solo 16.093 km en el odómetro, «The Beast» estaba en perfecto estado de funcionamiento. Esta venta plantea la pregunta de si «The Beast», debido a su estatus histórico, podría ser admitido en las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Aunque esto es solo una conjetura, es interesante pensar en las posibilidades.
En última instancia, «The Beast» es un testimonio del poder de la pasión y la creatividad. A pesar de su apariencia inusual y su controvertida historia, «The Beast» sigue siendo un ícono en el mundo del motor. Ya sea que lo ames o lo odies, no se puede negar que «The Beast» es verdaderamente único.