Luka Doncic, el prodigio esloveno, condujo a los Dallas Mavericks a una victoria monumental de 122-84 sobre los Boston Celtics en el cuarto partido de las Finales NBA. A pesar de enfrentarse a un déficit de 0-3 en la serie, los Mavericks se mantuvieron firmes en su terreno, el American Airlines Center en Dallas, y lograron llevar la serie de vuelta al TD Garden de Boston.
Ningún equipo en la historia de la NBA ha logrado remontar un 0-3 en una serie de playoffs. Sin embargo, los Mavericks no se dejaron intimidar por este precedente y mostraron una feroz determinación en su propio terreno. Los Celtics, por otro lado, que habían disfrutado de diez victorias consecutivas en esta postemporada, presentaron una actuación decepcionante en lo que podría haber sido su partido decisivo.
Los Mavericks lograron una ventaja espectacular de hasta 48 puntos durante el juego. A pesar de esta derrota, los Celtics todavía mantienen una posición sólida y tienen la oportunidad de ganar el título en su próximo partido en casa. Esta victoria por 38 puntos es la tercera más amplia en la historia de las Finales de la NBA, solo superada por los 42 puntos de ventaja que los Chicago Bulls de Michael Jordan obtuvieron sobre los Utah Jazz en las Finales de 1998.
Doncic, con una actuación estelar, acumuló 29 puntos, cinco rebotes, cinco asistencias y tres robos en 32 minutos en la cancha. A pesar de sus problemas recientes de rodilla y pecho, pudo descansar durante todo el cuarto período gracias a la cómoda ventaja de su equipo. Su actuación fue observada de cerca por el futbolista español Sergio Ramos, quien se encontraba sentado en primera fila luciendo una camiseta de Doncic.
A pesar de no haber conseguido ningún triple en ocho intentos, Doncic se destacó en otros aspectos del juego. Mientras tanto, su compañero de equipo, Tim Hardaway Jr, tuvo un excelente rendimiento en triples, anotando cinco de seis intentos y sumando quince puntos. El novato Derek Lively también tuvo un rendimiento notable, consiguiendo once puntos y doce rebotes desde el banquillo.
El letón Kristaps Porzingis estuvo oficialmente disponible para el partido, pero no jugó ningún minuto en la rotación del entrenador Joe Mazzulla para no correr riesgos tras su reciente problema en el tendón tibial. En cuanto a los Celtics, Jayson Tatum anotó quince puntos, pero ninguno en la segunda mitad; Jaylen Brown, un jugador clave y posible candidato a MVP de la serie, no superó los diez puntos, al igual que Jrue Holiday. El dominicano Al Horford contribuyó con tres puntos, tres rebotes y cuatro asistencias.
Desde el principio del partido, los Mavericks mostraron su dominio. Con Doncic liderando la ofensiva y defendiendo agresivamente a Tatum, los Celtics solo lograron un 29% de aciertos en tiros de campo en la primera mitad. La dupla Doncic-Irving ya había acumulado 27 puntos, más que todo el equipo de los Celtics, para el momento en que los Mavs lograron una ventaja de 50-25.
La segunda mitad del partido no fue diferente. Los Mavericks siguieron presionando y la ventaja superó los treinta puntos con un triple de PJ Washington. El partido estaba tan decidido que incluso Mazzulla decidió retirar a sus jugadores antes del final del tercer período.
La serie ahora regresa a Boston, con los Celtics todavía en control, pero con unos Mavericks que están dispuestos a luchar hasta el final. Aunque la tarea es desalentadora, los Mavericks pueden inspirarse en las palabras de la canción «Don’t Stop Believin'» («No dejes de creer») de Journey, que sonó en el estadio durante el partido. A pesar de las probabilidades, los Mavericks todavía tienen la esperanza de lograr lo que parece imposible en esta serie.