Las recientes elecciones al Parlamento Europeo han dado lugar a un ascenso en la representación conservadora, lo que podría tener grandes implicaciones para el futuro de la política medioambiental en la región. La derecha tiene la intención de revocar la prohibición del automóvil térmico prevista para 2035, una medida que fue un pilar fundamental del Pacto Verde para combatir el cambio climático, pero que ahora se ve amenazada.
Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo (PPE), el grupo parlamentario que obtuvo el mayor número de escaños en las elecciones, ha calificado la prohibición como un «error» político que tienen la intención de corregir. Esta postura es un giro significativo respecto a la tendencia de los últimos años, en la que la sostenibilidad y la protección del medio ambiente han sido prioridades clave.
El PPE ha propuesto que se hagan ajustes en esta y otras medidas relacionadas con la reducción del efecto invernadero, como la regulación de la agricultura. Estos ajustes podrían significar que el Viejo Continente se aleja de la rigurosidad de sus acuerdos de sostenibilidad actuales, aunque aún se desconoce exactamente cómo se llevarán a cabo estos cambios.
A pesar de este cambio de rumbo en la política ecológica europea, la revocación de la prohibición de los coches térmicos no será sencilla. Ursula von der Leyen, la principal candidata del PPE y actual presidenta de la Comisión Europea (CE), fue la responsable de presentar y respaldar esta medida. Si el PPE intenta revocarla ahora, podría encontrarse con una fuerte oposición de von der Leyen, quien se postula para un segundo mandato como máxima ejecutiva de la Unión.
Además, hay voces dentro de la política europea que anticipan que habrá importantes modificaciones en la ley. Alexandr Vondra, eurodiputado checo que ha trabajado en legislación climática para Conservadores y Reformistas Europeos, cree que la política climática se volverá más realista en los próximos cinco años. Sin embargo, otros políticos como Pascal Canfin, eurodiputado francés de centro y presidente del Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo durante el último mandato, han insistido en que las últimas elecciones no han dado lugar a una mayoría para desmantelar el Pacto Verde.
En resumen, el futuro de la política medioambiental en Europa es incierto. Von der Leyen se postulará para un segundo mandato y necesitará el respaldo del Parlamento Europeo para conseguirlo. Es probable que intente construir una coalición de centro-izquierda que incluya al PPE, pero es muy posible que no logre la mayoría necesaria, lo que podría obligarla a negociar con los Verdes o con el lado más conservador del espectro político.
Dado este panorama, los intentos de disolver la prohibición de los coches térmicos podrían ser tanto difíciles como lentos. El Pacto Verde, y su prohibición para 2035, seguirá siendo un obstáculo para la derecha y los fabricantes de coches tradicionales.
Para el consumidor europeo, esto significa más incertidumbre. La indecisión sobre la política medioambiental y la prohibición de los coches térmicos podría llevar a un estancamiento en el sector automovilístico, poniendo en riesgo el futuro del motor europeo y posiblemente causando problemas económicos en el futuro.