El reciente sistema frontal que ha afectado a gran parte de la zona centro sur de Chile ha dejado un saldo de 6.392 damnificados, con la Región del Biobío llevándose la peor parte. Entre las comunas más afectadas se encuentra Curanilahue, apodada «la zona cero» del sistema frontal, que ha sufrido el desborde del río Curanilahue, el río Ranas y el estero Las Plegarias, dejando a la ciudad prácticamente inundada.
La alcaldesa de la localidad, Alejandra Burgos Bizama (IND-FA), ha planteado que todavía están esperando desarrollar el plan maestro para canalizar las aguas lluvias que fue presentado hace casi una década. Este plan, que requiere una inversión de $15 mil millones, no solo beneficiará a Curanilahue, sino también a otras comunas cercanas, como Lebu y Arauco.
El plan maestro incluye la canalización del río Curanilahue, establecimiento de zonas de inundación programadas y la reconstrucción de una red de captación de aguas lluvias. Sin embargo, debido a la escasez de habitantes en estas comunas, los proyectos no han recibido una recomendación favorable del Ministerio de Desarrollo Social. Como resultado, estas comunas no han podido acceder a obras de esta magnitud.
En la Región Metropolitana, la comuna más afectada por las precipitaciones fue Pudahuel, donde la Villa San Juan Valdés quedó completamente inundada. Esta situación generó desesperación entre los residentes, quienes tuvieron que utilizar botes inflables para desplazarse y soportar la entrada de agua a sus hogares debido a que no se cerró el paso a los vehículos.
La situación en Pudahuel se agravó con el cierre de la Ruta 68 rumbo a Valparaíso a la altura del paso bajo nivel Teniente Cruz, que quedó completamente inundado después de que el barro tapara los resumideros de la vía.
En respuesta a esta crisis, el alcalde de la comuna, Italo Bravo (IND), declaró que se necesitará una inversión en el canal Santa Colina, que no ha recibido mantenimiento en mucho tiempo. Esta inversión será esencial para evitar el colapso de la ciudad en futuras emergencias.
El sistema frontal ha causado estragos en el centro y sur del país, dejando miles de damnificados y provocando daños importantes en las viviendas y enseres de los afectados. Ante este escenario, la necesidad de inversión en infraestructura para manejar adecuadamente el flujo de agua se hace cada vez más apremiante.
Esta crisis ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de algunas comunas frente a fenómenos naturales y la necesidad de tomar medidas preventivas para minimizar el impacto de futuras emergencias. Asimismo, ha resaltado la importancia de que las autoridades trabajen en conjunto para atender a los damnificados y desarrollar soluciones a largo plazo para prevenir futuras inundaciones.
En este sentido, la implementación del plan maestro propuesto por la alcaldesa Alejandra Burgos Bizama podría ser un paso importante en la dirección correcta. Sin embargo, la falta de recursos y el tamaño de la población de estas comunas presentan desafíos significativos.
Con el cambio climático aumentando la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, es crucial que se tomen medidas para proteger a las comunidades más vulnerables y garantizar que están preparadas para enfrentar futuras emergencias. Aunque el camino pueda ser desafiante, lo que está en juego es demasiado importante para ignorarlo.