El hijo del presidente de Estados Unidos, Hunter Biden, ha sido declarado culpable de tres delitos por un jurado popular en un tribunal de Wilmington, Delaware. Aunque los delitos castigan con un máximo de 25 años de cárcel, es poco probable que se imponga una pena tan severa, ya que ni la compra ni la posesión ilegal de un arma estuvieron acompañadas de otros delitos violentos y Hunter Biden no tiene antecedentes penales.
La secuencia de eventos que llevó a la condena de Hunter Biden comenzó el 12 de octubre de 2018, cuando visitó el StarQuest Shooters & Survival Supply, una tienda de armas de fuego en Delaware. Allí, decidió comprar un revólver Colt Cobra 38SPL. Para hacerlo, llenó un formulario, donde una pregunta específica le pedía declarar si era consumidor ilegal o adicto a alguna sustancia controlada. Hunter Biden respondió negativamente a esta interrogante, una declaración que más tarde se demostraría falsa.
Unos 11 días después, el revólver que compró Hunter Biden acabó en un cubo de basura de un supermercado de Greenville, a unos 10 minutos en coche de la armería. Más de cinco años después, ha sido declarado culpable de tres delitos, convirtiéndose así en el primer hijo de un presidente de Estados Unidos juzgado en un caso penal.
Los tres delitos de los que se acusa a Hunter Biden son: declaración falsa al comprar un arma de fuego; declaración falsa en los documentos a mantener en los archivos del vendedor del arma y posesión ilegal de un arma de fuego. Los fiscales argumentaron que Hunter Biden era consumidor de drogas y adicto cuando compró el revólver.
En cuanto a las penas máximas a las que se enfrenta, el juzgado estableció que podría ser de hasta 10 años por el primer delito, 5 por el segundo y otros 10 por el tercero, además de multas de hasta 250.000 dólares por cada uno y hasta tres años de libertad vigilada. Sin embargo, el fiscal especial David Weiss aclaró que Hunter Biden «no debería ser más responsable que cualquier otro ciudadano condenado por esta misma conducta».
Es importante señalar que la condena aún no ha sido dictada y no se ha fijado una fecha para hacerlo. Sin embargo, se espera que la sentencia llegue dentro de los cuatro meses posteriores al fallo del jurado. Además, una vez conocida la sentencia, Hunter Biden podría apelar la decisión.
Los fiscales basaron su caso en extractos de las propias memorias de Hunter Biden tituladas Cosas Bonitas, donde reconoció que fue adicto a las drogas durante cuatro años hasta marzo de 2019. También usaron mensajes de texto del acusado de esa época en los que admitía su adicción.
Después de ser declarado culpable, Hunter Biden emitió un comunicado en el que declaró: “Hoy estoy más agradecido por el amor y el apoyo que experimenté esta última semana de Melissa, mi familia, mis amigos y mi comunidad que decepcionado por el resultado».
El presidente Joe Biden también emitió un comunicado, expresando su amor y orgullo por su hijo y asegurando que aceptará el resultado del caso y seguirá respetando el proceso judicial mientras Hunter estudia una apelación.
Además de este caso, Hunter Biden está imputado desde diciembre por nueve presuntos delitos fiscales ante los tribunales de California. El juicio está previsto para septiembre.
Es importante aclarar que tanto los cargos por la compra y posesión del revólver como los presuntos delitos fiscales atañen solo a Hunter Biden. Los republicanos han intentado, sin éxito, encontrar vínculos que demuestren que Joe Biden se beneficiaba de los negocios de su hijo.
La campaña de Trump ha respondido a la condena de Hunter Biden, utilizando el caso para intentar desviar la atención hacia supuestos crímenes de la familia Biden, a pesar de que no se ha presentado ninguna prueba concluyente para respaldar estas afirmaciones.
