El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está utilizando la cumbre del G-7 en Apulia, Italia, como una plataforma para enviar un mensaje de apoyo a Ucrania y aumentar la presión sobre Rusia y China. El mandatario estadounidense planea firmar un acuerdo de seguridad con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, poco después de aterrizar en territorio italiano. Este acuerdo tiene como objetivo reforzar la capacidad de defensa de Ucrania y garantizar que el apoyo de Washington al país continuará a largo plazo.
En un esfuerzo por golpear la economía de Rusia y, específicamente, su industria armamentística, el Departamento de Estado de EE.UU. ha anunciado nuevas sanciones contra 300 individuos y entidades dentro y fuera de Rusia. Estas sanciones se producen mientras Biden se dirige a la reunión de países industrializados a bordo del Air Force One.
Entre las sanciones, se incluye un veto a empresas chinas que han suministrado semiconductores a la industria militar rusa. Esta medida es un intento de Washington de frenar lo que percibe como un preocupante aumento de las exportaciones chinas de uso dual hacia su vecino, lo que permite una rápida modernización de la capacidad de producción de armas de Rusia.
El acuerdo bilateral con Kiev es visto como una señal de la determinación de Estados Unidos para apoyar a Ucrania en su lucha contra la agresión rusa. Según el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, la firma de este acuerdo enviará un mensaje claro a Rusia y a su presidente, Vladímir Putin.
Este acuerdo sigue a similares acuerdos de seguridad que otros quince países han firmado con Ucrania, tras acordar el año pasado durante la cumbre de la OTAN en Vilna respaldar a Kiev con ese tipo de iniciativas.
El encuentro entre Biden y Zelenski precederá a una reunión del G-7, donde se espera que los líderes anuncien nuevas sanciones contra Rusia. Estas sanciones se sumarán a las ya anunciadas por Washington esta semana.
En su comunicado, el Departamento de Estado de EE.UU. señala que las sanciones apuntan a productores, exportadores e importadores de productos fundamentales para la base industrial militar rusa. Además, el comunicado destaca la preocupación de Washington acerca de la amplitud y diversidad de las exportaciones de bienes de uso dual desde China.
A lo largo del año, Washington ha insistido en que China ha estado ayudando militarmente a Rusia al enviar productos de uso dual. Aunque al principio de la guerra, Estados Unidos no detectaba una colaboración tangible de China con Rusia, ahora afirma que el envío de estos productos desde China está creciendo. Estos productos incluyen semiconductores, sistemas ópticos para drones y otros componentes.
El Departamento de Estado de EE.UU. denuncia que Rusia sigue logrando evadir sanciones y adquirir componentes, como productos microelectrónicos, que utiliza para fabricar armamento. Las importaciones desde China están llenando huecos en el ciclo de producción de defensa de Rusia, intensificando la producción militar y dando un impulso a su base industrial militar.