Se espera que las próximas semanas sean las últimas en las que podamos comprar algunos de los grandes chollos de coches que han causado revuelo en los últimos meses. Estos coches fabricados en China, que recientemente han entrado al mercado, han comenzado a situarse entre los más vendidos en Europa gracias a su precio asequible. Sin embargo, estos días podrían estar contados ya que la Unión Europea tiene planes de imponer nuevos aranceles a los coches fabricados en China.
La Unión Europea tiene previsto implementar nuevos aranceles a los coches fabricados en China, un movimiento que inevitablemente aumentará su precio final. Según el Financial Times, que cita a fuentes en Bruselas, se espera un arancel adicional del 25% que se aplicará a partir del próximo mes.
Los coches fabricados en China serán los más afectados, aunque también se espera que los aranceles se apliquen a los coches eléctricos. Aún no sabemos cuáles serán las consecuencias de esta medida para los coches fabricados en China que no son completamente eléctricos, sino de gasolina, híbridos o híbridos enchufables.
Esta medida se produce después de que Estados Unidos impusiera un arancel del 100%, lo que significa que los coches y marcas afectados quedarán efectivamente excluidos del mercado. En Europa, a pesar de que no se esperan aranceles tan elevados, estos podrían obstaculizar los planes de expansión de las marcas chinas y de los coches de marcas occidentales fabricados en China que han irrumpido en el mercado europeo en los últimos años.
La Unión Europea ha iniciado una investigación para identificar posibles prácticas anticompetitivas y, en función de los resultados, establecerá un mecanismo para compensarlas, que probablemente serán los nuevos aranceles. Aunque las conclusiones de esta investigación no se esperan hasta finales de 2024, todo indica que Europa impondrá aranceles mucho antes.
Además de estas prácticas, algunos fabricantes chinos siguen estando bajo el capital público del estado chino. Sin embargo, Europa también está beneficiando a su industria automotriz con importantes inversiones públicas, que van desde ayudas para la compra de vehículos hasta inversiones en proyectos para mejorar y construir nuevas fábricas, además de créditos en condiciones ventajosas. Algunas marcas europeas también tienen capital público entre sus inversionistas.
Los propios fabricantes chinos también se están beneficiando del capital público de la Unión Europea, gracias a los fondos europeos que facilitarán proyectos como el de recuperación de la Zona Franca de Barcelona, donde se instalará Chery, con sus marcas Omoda y JAECOO, y la resurgida EBRO, para volver a fabricar coches en lo que antes era la fábrica de Nissan.
Algunos fabricantes europeos y miembros de la Unión, como Alemania, ya están advirtiendo sobre el efecto bumerán que podría tener este movimiento. Este agravio a los intereses económicos de China podría reeditar la guerra industrial comercial que estalló entre la administración Trump y el ejecutivo de Xi Jinping en marzo de 2018.
En resumen, la Unión Europea está tomando medidas para proteger su industria automotriz y mantener la competencia justa. Sin embargo, estas medidas podrían tener implicaciones de gran alcance, tanto para los fabricantes de coches como para los consumidores.