La SARCOPENIA, del griego SARX “músculo” y PENIA “pobreza” hace referencia a la pérdida progresiva de la masa muscular, fenómeno inexorable a lo largo de la vida. Recientemente puede considerarse como una entidad clínica patológica o enfermedad que engloba tanto la pérdida de masa muscular como de fuerza, cobrando este último componente mayor énfasis desde 2018 (EWGSOP).
Se trata de una condición muy a tener en cuenta por su relación directa con mayor riesgo cardiovascular, fragilidad y caídas en el anciano. Es por ello, que deberíamos darle la relevancia necesaria y considerar la sarcopenia como una insuficiencia clínica al igual que hablamos de insuficiencia cardiaca, renal o hepática. Un envejecimiento o longevidad saludable evitando la dependencia funcional y una mala calidad de vida pasa por poner el foco en nuestro músculo.
Su etiología es multifactorial, desde cambios biológicos relacionados con el envejecimiento, como la disminución del número de fibras musculares tipo II (relacionadas con la fuerza); menor volumen mitocondrial, lo que se relaciona con una menor capacidad oxidativa muscular, un ratio catabolismo/anabolismo aumentado, con disminución de hormonas como la testosterona; un estado proinflamatorio de bajo grado (aumento de marcadores como IL-1, IL-6, TNF-α) que en última instancia favorece una mayor infiltración grasa en músculo.
Diagnóstico
Es necesario concienciar que ante dificultad para subir y bajar escaleras, dificultad para levantarse de la silla, necesidad de ayuda para caminar o caídas debemos encender la alerta de que estamos al menos ante una posible sarcopenia. Si presenta alguno de estos síntomas, normalmente en consulta valoramos tanto la fuerza muscular con el test de prensión manual, un importante parámetro de longevidad y chair stand test (pedimos levantarse y sentarse sin ayuda > 15 segundos por 5 veces), como la masa muscular a través de una ecografía o medición del contorno de la pantorrilla. Si existe una baja fuerza y masa muscular podemos confirmar el diagnóstico de insuficiencia muscular o sarcopenia.
Tratamiento
Un tratamiento orientado debe girar en torno a dos grandes objetivos, ejercicio físico donde se prioricen ejercicios de fuerza, combinándolo con ejercicio aeróbico y equilibrio. Se recomienda unos 150 minutos a la semana de intensidad moderada pudiéndose repartir en 3 días a la semana y el resto de la semana realizar ejercicio aérobico adaptado.
El segundo objetivo es garantizar una correcta bioquímica nutricional asegurando 1,2 – 1,5 g de proteína/Kg y 25-35 kcal/kg/día bien con la dieta o en ocasiones requiriendo de suplementación.
¿Acaso no es el ejercicio la mejor medicina de la que disponemos? Es una obligación tener al ejercicio físico a la cabecera de nuestros tratamientos para una longevidad saludable, cualquier momento es bueno para empezar a vivir mejor. Te animo a envejecer bien, a envejecer saludablemente.
artículo original de: https://www.saludadiario.es/opinion/entendiendo-la-sarcopenia/