La transformación de Twitter en la era Musk
La compra de Twitter por parte de Elon Musk, mano derecha del próximo presidente de EE UU, Donald Trump, convirtió la plataforma que el multimillonario rebautizó como X en una selva sin normas en aras de una supuesta libertad de expresión. Un estudio de la Escuela de Ciencia y Tecnología City St. George’s, de la Universidad de Londres, en nueve países, incluida España, señaló que X se ha convertido en solo dos años en la red del abuso político, donde se relega a los adversarios, discrepantes o moderados para tratarlos como “enemigos”.
La deriva de Meta
Las redes de Meta (Facebook, Instagram y Threads) siguen estos pasos al anular la verificación de datos y relajar la moderación de los contenidos. “Las consecuencias de esta decisión serán un aumento del acoso, el discurso de odio y otros comportamientos dañinos en las plataformas de miles de millones de usuarios”, advierte Alexios Mantzarlis, director de Seguridad, Confianza y Protección del área tecnológica de la Universidad de Cornell. Pocas organizaciones defienden la medida.
El investigador de Cornell, que participó en la red internacional de fact-check, destaca que la deriva de Meta, fundada y dirigida por Mark Zuckerberg, es doble: no solo deja de verificar los datos para identificar los bulos y delega en los usuarios su control, sino que, además, abre la puerta a los contenidos más susceptibles de generar un discurso de odio. Lo confirma el nuevo director de asuntos globales de la multinacional, Joel Kaplan: “Nos estamos deshaciendo de una serie de restricciones en temas como la inmigración, la identidad sexual y el género que son objeto de frecuentes discursos y debates políticos. No es justo que se puedan decir cosas en la televisión o en el Congreso, pero no en nuestras plataformas”.
Mantzarlis es muy crítico con la medida: “Además de poner fin al programa de verificación de hechos, Zuckerberg también ha anunciado un enfoque más laxo para la moderación de contenido, por lo que Meta no buscará proactivamente contenido potencialmente dañino en una amplia gama de dominios. Dependiendo de cómo se aplique, las consecuencias de esta decisión serán un aumento del acoso, el discurso de odio y otros comportamientos dañinos”.
Argumentos en contra
Meta ha argumentado que la moderación de contenidos y el programa de verificación de datos han supuesto “censura”, sesgos y límites a la libertad de expresión, algo que la red internacional de verificadores niega de forma rotunda. El investigador de Cornell también rechaza los argumentos y asegura que Mark Zuckerberg dispone de datos recopilados durante ocho años que avalan el programa antibulos y los beneficios en el control de los mensajes indeseados. “Sin embargo”, lamenta, “en lugar de compartir pruebas contundentes, ha optado por imitar a Elon Musk y prometer libertad de expresión para todos”.
“El programa [de moderación] no era de ninguna manera perfecto y los verificadores de datos, sin duda, se han equivocado en algún porcentaje de sus etiquetas [3,5%, según las auditorías de Meta]. Pero debemos tener claro que la iniciativa de Zuckerberg de deshacerse de los verificadores de hechos es una decisión política, no de principios”.
Presiones políticas y reacciones
Esta afirmación de Mantzarlis hace referencia al giro radical de Meta tras la elección de Trump y la designación de Musk como mano derecha del próximo presidente. De hecho, la red X ha sido una de las primeras en dar la bienvenida a sus competidores a un ecosistema de comunicación social en el que han crecido los populismos en todo el mundo. Angie Drobnic Holan, periodista, escritora y miembro de International Fact-Checking Network, coincide con el profesor de Cornell: “Es lamentable que esta decisión se produzca a raíz de una presión política extrema por parte de una nueva administración y sus partidarios”.
Para Drobnic Holan, los verificadores de datos han sido imparciales y transparentes, por lo que, cuestionar esta objetividad, en su opinión, “proviene de aquellos que sienten que deberían poder exagerar y mentir sin refutaciones ni contradicciones”.
“Esta decisión [la supresión de la verificación] perjudicará a los usuarios de las redes sociales que buscan información precisa y confiable para tomar decisiones sobre su vida cotidiana y sus interacciones con amigos y familiares. El periodismo de verificación de hechos nunca ha censurado ni eliminado publicaciones; ha añadido información y contexto a afirmaciones controvertidas y ha desacreditado el contenido falso y las teorías de conspiración”, concluye Drobnic Holan.
Reacciones de expertos y organizaciones
También en contra de la medida se pronuncia Tal-Or Cohen Montemayor, fundadora y directora de CyberWell, una organización de lucha contra el odio en las redes y especializada en combatir el antisemitismo. En su opinión, la decisión de Meta supone “el deterioro intencionado de las mejores prácticas de confianza y seguridad” en un entorno donde la especialista observa una “creciente evidencia de cómo el discurso de odio, el contenido incendiario y el acoso provocan daños en el mundo real”.
“El cambio [en Meta] significa una cosa, muy en línea con la tendencia tanto de la cantidad como de la calidad del contenido que hemos visto en X desde que Musk adquirió Twitter: más discurso de odio, más contenido politizado, más nichos y respuestas menos efectivas de las plataformas”, añade Cohen.
La fundadora de CyberWell rechaza también el argumento de Meta sobre facilitar los derechos de opinión y eliminar una supuesta censura: “Esto no es una victoria para la libertad de expresión. La única forma de evitar la censura y la manipulación de datos por parte de cualquier gobierno o corporación sería instituir requisitos legales y reformas sobre las grandes tecnológicas para que modifiquen las redes sociales y cumplan con los requisitos de transparencia”. “La respuesta no puede ser menos responsabilidad y menos inversión por parte de las plataformas”, concluye.
A favor de Meta
Aunque la mayoría de los especialistas en comunicación social es contraria a la nueva medida, la decisión de Meta ha contado con algunos apoyos, aparte de la bienvenida de X, su competidor en el mercado de las redes, motivada por la sumisión de Meta a la ideología de Elon Musk.
En este sentido, la organización conservadora Foundation for Individual Rights and Expression (FIRE), ha celebrado la decisión de Zuckerberg. “Meta está dando a sus usuarios lo que quieren: una plataforma de redes sociales que no suprime el contenido político ni utiliza verificadores de datos de arriba hacia abajo. Es de esperar que estos cambios se traduzcan en decisiones de moderación menos arbitrarias y en una mayor libertad de expresión en las plataformas de Meta”, afirma la fundación.
El consejero de FIRE Ari Cohn defiende que la decisión es acorde con la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que garantiza la libertad de expresión. Para el integrante de este grupo, la medida de Meta “protege las opciones editoriales de las empresas de redes sociales sobre el contenido de sus plataformas”. “Es bueno que intenten voluntariamente reducir el sesgo y la arbitrariedad a la hora de decidir qué contenido alojan, especialmente cuando prometen a los usuarios una cultura de libertad de expresión como lo hace Meta”, argumenta Cohn.
Ciclo de odio e indignación
Sin embargo, distintos estudios señalan que esta concepción de la libertad de expresión sin moderación genera un círculo vicioso que promueve los contenidos más “indignantes” y relegan los más “confiables”, por lo que se respaldaría el vaticinio de la mayoría de los expertos en redes sobre el aumento de discursos de odio y desinformación.
Es la conclusión de un estudio publicado en Science, que advierte de que las publicaciones en las redes sociales que contienen información errónea provocan más “indignación moral (una mezcla de disgusto y rabia)” que las publicaciones con información confiable, y esa indignación facilita la difusión de las noticias falsas porque los usuarios son “más propensos a compartirlas sin leerlas para reforzar sus posiciones morales o su lealtad a grupos políticos”, según explica Killian L. McLoughlin, del departamento de Psicología de la Universidad de Princeton.
Y ahí entra la rueda de la selección automática de contenido de las redes en busca de tráfico. “Dado que la indignación se asocia con una mayor participación en línea, es probable que la desinformación que evoca indignación se propague más en parte debido a la amplificación algorítmica del contenido atractivo”, escriben los investigadores.
artículo original de: https://elpais.com/tecnologia/2025-01-10/suprimir-la-verificacion-y-moderacion-en-redes-aumenta-el-odio-y-el-acoso-advierten-los-expertos.html