Los resultados del trabajo, que se publican esta semana en la revista Cell, también demuestran que los somníferos, ampliamente utilizados, alteran este proceso de limpieza esencial para una buena salud cerebral. Mientras dormimos, el cerebro se ocupa de realizar su limpieza. Durante el sueño profundo, el tronco encefálico, un importante centro de comunicaciones del sistema nervioso, emite pequeñas oleadas de norepinefrina aproximadamente cada 50 segundos. Esta sustancia provoca la contracción de los vasos sanguíneos, lo que genera pulsaciones lentas que impulsan un flujo rítmico en el líquido circundante, arrastrando los desechos acumulados.
De esta forma cada noche el cerebro elimina 4 gramos de residuos. En total se eliminan unos 1.460 gramos al año, el equivalente al peso promedio del cerebro. El líquido cefalorraquídeo es el encargado de ‘baldear’ el cerebro por la noche para eliminar esa basura, compuesta por células dañadas, productos metabólicos de desecho y bacterias.
El papel del sistema glinfático
Para este cometido “el cerebro depende del sistema glinfático, que solo está activo durante el sueño y, por lo tanto, dormir es vital para mantener el cerebro sano. Si se permite que moléculas como la beta amiloide se acumulen y agreguen, se vuelven tóxicas para las células cerebrales y puede conducir al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer”, explica a SINC Natalie L. Hauglund, primera firmante del estudio e investigadora del Centro Danés de Medicina del Sueño y de las universidades de Copenhague y Oxford.
El sistema glinfático fue descubierto en 2012 por el laboratorio de Maiken Nedergaard, que lidera esta investigación de Cell. La revista Science lo consideró entonces como uno de los descubrimientos del año. Pero hasta ahora no se sabía qué impulsa la limpieza del cerebro durante el sueño. Y es lo que acaban de descubrir de nuevo Nedergaard y su equipo.
Según explican los autores, han identificado en ratones oscilaciones estrechamente sincronizadas con la norepinefrina, el volumen sanguíneo cerebral y el líquido cefalorraquídeo como los predictores más fuertes del aclaramiento glinfático durante el sueño No REM. Los investigadores señalan que los resultados se podrían aplicar en humanos.
Hormona y neurotransmisor
La norepinefrina producida por algunas células nerviosas y en la glándula suprarrenal, actúa como hormona y como neurotransmisor.
“El descubrimiento de que las oscilaciones de la norepinefrina y la constricción y dilatación de los vasos sanguíneos cerebrales son cruciales para la limpieza del cerebro y, por tanto, para el sueño reparador, significa que los científicos pueden empezar a buscar fármacos que se dirijan directamente a partes del sistema para potenciar la limpieza cerebral. Y también ayudará a los médicos a buscar signos precoces de que el sistema glinfático puede no estar funcionando de forma óptima”, aclara Hauglund.
Y añade que es el cambio dinámico entre un nivel alto y bajo de norepinefrina lo que favorece la acción de bombeo de los vasos sanguíneos y, por tanto, el flujo de líquido cerfalorraquídeo que sirve para limpiar el cerebro.
Estas afirmaciones se basan en la estimulación optogenética, llevada a cabo en este trabajo, de una parte del cerebro denominada locus coeruleus que indujo cambios en la vasomoción (pulsaciones de los vasos sanguíneos) y la señal del Líquido cefalorráquideo (LCR).
Además, la estimulación de las oscilaciones arteriales mejoró la entrada de LCR, lo que, según los autores, demuestra que la vasomoción actúa como una bomba que impulsa el LCR hacia el cerebro.
Los somníferos dificultan la limpieza
Los investigadores también encontraron que al administrar zolpidem a los ratones, fármaco utilizado habitualmente como somnífero, suprimió las oscilaciones de la norepinefrina y el flujo glinfático, lo que pone de manifiesto el papel fundamental de la dinámica vascular impulsada por la molécula en la depuración cerebral.
“Nuestro estudio indica que los somníferos, aunque proporcionan un atajo para conciliar el sueño, no tienen el mismo efecto restaurador sobre el cerebro que el sueño regular. Por lo tanto, solo deben utilizarse como último recurso y durante un breve periodo de tiempo si es absolutamente necesario”, advierte Hauglund, basándose en los resultados de su último trabajo.
También resalta la importancia de que las personas que los utilizan conozcan este efecto: “Cada vez más gente utiliza medicación para dormir, y es muy importante saber si se trata de un sueño saludable. Si las personas no están obteniendo todos los beneficios del sueño, deberían ser conscientes de ello para poder tomar decisiones informadas al respecto“.
Búsqueda de fármacos adecuados
El equipo observó que el efecto del zolpidem en los ratones disminuía el nivel de norepinefrina e interrumpía oscilaciones lentas que provoca, lo que perjudica la labor de limpieza del sistema glinfático. “Sin embargo, un fármaco o técnica que pudiera potenciar las oscilaciones lentas de la norepinefrina o el bombeo de los vasos sanguíneos podría ser teóricamente una forma de potenciar el sistema”.
De momento, señala esta experta, no existen fármacos que puedan reforzar directamente esta labor de limpieza nocturna del cerebro. “Sin embargo, estudios en ratones han demostrado que el ejercicio regular es capaz de aumentar la limpieza cerebral”, concluye la investigadora danesa.
Referencia:
Natalie L. Hauglund et al. Norepinephrine-mediated slow vasomotion drives glymphatic clearance during sleep. Cell (2025)
Fuente: SINC
artículo original de: https://www.saludadiario.es/investigacion/descubren-la-molecula-que-impulsa-la-limpieza-nocturna-del-cerebro/