Radares que no siempre multan
Radares que no siempre multan, aunque superemos la velocidad máxima de la vía. Lo creamos o no, y aunque el imaginario y la fama que por desgracia se hayan ganado los medios de vigilancia que emplea Tráfico apunte más a la sanción y la recaudación, no todos los radares multan cuando superamos el límite de velocidad establecido para la vía. La Dirección General de Tráfico se guarda una posibilidad, para permitir que no se incoe ninguna sanción si el exceso de velocidad no ha superado como mínimo el umbral de los puntos.
Así funcionan los radares de la DGT
Para entender por qué algunos radares no siempre multan, es importante conocer su funcionamiento. Los radares, también conocidos como cinemómetros, determinan la velocidad a la que circula un vehículo en un punto concreto o tramo. Sobre esta velocidad se aplica un margen de error establecido, que posteriormente se compara con el límite permitido para la vía. Si este margen es superado, se puede considerar una infracción, que siempre es calificada como grave o muy grave.
Las sanciones por exceso de velocidad pueden ir desde los 100 € sin detracción de puntos, hasta los 600 € y la pérdida de hasta 6 puntos del carné.
Sin embargo, los radares no son infalibles, ni tampoco persiguen todos los excesos de manera indiscriminada. Aquí es donde entra en juego una directriz de la DGT que ha evolucionado para priorizar la seguridad vial por encima del carácter meramente sancionador.
Uso de los radares según la DGT
La instrucción MOV 2023/27, que actualiza y prorroga la instrucción 20 TV-111 aplicada desde 2020, introducía varios criterios para el uso de radares y controles de velocidad. Entre las medidas destacadas se encuentran:
- Realizar controles de velocidad con radares de manera visible, reforzando el carácter preventivo de la vigilancia.
- Priorizar los radares en tramos de alta accidentalidad y lesividad para la instalación de radares, buscando reducir el riesgo en zonas peligrosas.
- Programar controles con radares preferentemente en vías con limitaciones genéricas, permitiendo al conductor ajustar su velocidad con antelación.
- Informar sobre la presencia de los radares en los paneles de mensaje variable, tanto físicos como virtuales.
Este último punto es clave, ya que el objetivo principal no es “cazar” a los conductores, sino disuadirlos de cometer infracciones y fomentar el cumplimiento de las normas de tráfico.
Radares selectivos: los radares que no siempre multan
Un aspecto especialmente interesante de las directrices es la introducción de los radares selectivos. Estos dispositivos se ubican en tramos concretos, muchas veces discretamente y sin señalización, y su función no es sancionar cualquier infracción leve. Según la DGT, los radares selectivos:
- Están orientados a evitar grandes excesos de velocidad y posibles delitos contra la seguridad vial.
- Pueden ubicarse de manera oculta, como es el caso de radares en trípodes o guardarraíles, que suelen generar la sensación de “estar pensados para cazar”.
- Aplican umbrales más altos para la detección de infracciones, priorizando aquellas que impliquen detracción de puntos.
Esto significa que, en muchos casos, un exceso menor podría no ser sancionado si no alcanza el umbral establecido para considerarse grave, aunque hayamos superado la velocidad máxima de la vía.
La idea detrás de esta práctica es focalizar los recursos en infracciones de mayor impacto y garantizar que los controles cumplan su misión preventiva.
Una visión diferente de la DGT
Con estas medidas, la DGT busca un cambio en la percepción de que los radares tienen un fin meramente recaudatorio, recordando que son herramientas esenciales para mejorar la seguridad vial, y fomentando su fin último, que es acabar con los comportamientos más peligrosos en la carretera.
artículo original de: https://www.diariomotor.com/noticia/radares-selectivos-dgt-2025/