Conviene destacar que, en muchos casos, este tipo de adversidades se producen en edades avanzadas, pero no siempre es así. Y es que hay trastornos genéticos, como el factor V Leiden, que también provocan episodios como trombosis venosas profundas en pacientes de edad joven.

Retomando lo referente a las personas de avanzada edad, hay que decir que cada vez están más concienciadas respecto a lo delicado que puede llegar a ser su estado de salud al cumplir las siete décadas. Así lo demuestra el hecho de que tomen varias decisiones, como la de contratar un seguro de decesos para mayores de 70 años, amén de pasar a la acción tratando de evitar que el fatal desenlace se produzca en un futuro próximo.

Si tú también tienes una edad avanzada y quieres prevenir enfermedades cardiovasculares, presta atención a las siguientes líneas. En este artículo daremos varios consejos que pueden ser muy útiles a la hora de mantener el sistema cardiovascular en buen estado, factor que deriva en aumentar la esperanza de vida.

Andar media hora al día

Es innegable que, al llegar a los setenta años de edad, las articulaciones y los músculos impiden a muchas personas llevar a cabo una actividad física regular que sea exigente. Es por este motivo que las de bajo impacto, como caminar, se convierten en el principal aliado de cualquier individuo físicamente limitado que quiera prevenir enfermedades cardiovasculares.

Con un mínimo de treinta minutos diarios, la circulación sanguínea alcanza un nivel saludable logrando que el corazón bombee y, tanto las arterias como las venas, fluyan como deben sin que se produzca ningún tipo de obstrucción, que puede ser fatal al desplazarse hasta zonas como los pulmones.

Evitar el sedentarismo

El primer consejo está relacionado con el segundo, el cual se resume simplemente en impedir que el sedentarismo pase a formar parte de tu vida. Para tal fin, no basta con andar media hora al día, puesto que ello de poca sirve si luego te pasas muchas horas seguidas tumbado en el sofá o en el sillón.

Levantarse cada hora y andar un poco es crucial. En caso contrario, la sangre se acumula en el tronco inferior, dificultando el retorno venoso, por lo que aumenta exponencialmente el riesgo de padecer algún tipo de problema cardiovascular.

Reducir el estrés

Muchas de las acciones que se llevan a cabo para evitar el sedentarismo dan pie a que se reduzca el estrés, un mal endémico que no solo afecta a los adolescentes y adultos de mediana edad. Las personas de setenta años o más también lo sufren. ¿Sabías que afecta de lleno a la salud cardiovascular?

Es por este motivo que conviene ponerle remedio cuanto antes. Afortunadamente, hay actividades que sirven para evitar el sedentarismo y el estrés. Un claro ejemplo es el yoga, una disciplina que cuenta con diversas posturas aptas para personas de avanzada edad.

Mantener el equilibrio de la dieta

Ahora que llega la Navidad es habitual la ingesta de productos alimenticios que son el principal enemigo de la salud cardiovascular, puesto que contienen grasas saturadas, colesterol y otras sustancias que, tarde o temprano, terminan dificultando la circulación sanguínea.

Es importante mantener una dieta equilibrada incluso en fechas señaladas. De esta manera, resulta bastante más sencillo lograr que el peso no exceda los límites recomendables. Ten en cuenta que el sobrepeso es otro factor de riesgo.

No consumir sustancias perjudiciales

Continuando con aquello que hace referencia a la Navidad, es destacable la costumbre de brindar con cava y otros productos alcohólicos, lo cual se desaconseja por completo en edades avanzadas. A la lista hay que sumar otras sustancias que también son perjudiciales para la salud cardiovascular.

La nicotina, el alquitrán y otros ingredientes que forman parte del tabaco pasan una grave factura a corto, medio y largo plazo. A su vez, la cafeína y las sustancias estimulantes provocan una aceleración del ritmo cardíaco que también puede ser perjudicial al llegar a la tercera edad.

Dormir un mínimo de 7 horas

Innegablemente, dormir cuando se es mayor resulta más difícil en comparación con unos años atrás. Los dolores posturales impiden conciliar el sueño con facilidad, pero esto no ha de derivar en que duermas menos de siete horas.

Suele pensarse que, en edades avanzadas, seis horas son suficientes, pero nada más lejos de la realidad. Los cardiólogos recomiendan mantener la misma cifra toda la vida: de siete a ocho horas.

Aplicando los seis consejos que hemos sacado a colación, las enfermedades cardiovasculares tardarán más en aparecer y, por ende, tu esperanza de vida aumentará. Así pues, no dudes en ponerlos en práctica desde hoy mismo, incluso si todavía no has llegado a la tercera edad.