La magia de la IA en el Sorteo de Navidad
Cada diciembre, cuando el Sorteo de Navidad se acerca y los bombos están listos para girar, algunos medios encuentran en ChatGPT un aliado inesperado. Pero no para explicar probabilidades o hablar de estadísticas, sino para hacer magia (o algo parecido). De repente, el lector se encuentra con titulares tan llamativos como absurdos: “Este será el «Gordo», según ChatGPT”.
El encanto de lo imposible
La idea, aunque peregrina, tiene su encanto. Combinas el atractivo de la inteligencia artificial, que todavía despierta una mezcla de curiosidad y temor, con la ilusión de anticipar lo imposible, en este caso además con una gratificación más que considerable por ello. El resultado es un artículo que promete lo que ni Nostradamus ni los propios bombos del sorteo pueden cumplir: predecir el número ganador. ¿La realidad? El contenido acaba siendo tan útil como usar una linterna para mirar al Sol.
La realidad detrás de la predicción
En estos textos, ChatGPT (o cualquier otra IA generativa) se limita a ofrecer un número completamente aleatorio, porque, sorpresa, predecir eventos aleatorios es tan posible para una IA como para una piedra. Esto, sin embargo, no impide que el redactor aproveche para añadir dramatismo y quizá un par de emojis para darle color a la trivialidad.
Una conversación imposible
«Menuda pérdida de tiempo»: ChatGPT y el número imposible
Para ilustrar lo absurdo de esta dinámica, imaginemos cómo sería una conversación entre un usuario y ChatGPT intentando obtener el número ganador del sorteo de Navidad:
- Usuario: ChatGPT, necesito el número ganador del Sorteo de Navidad.
- ChatGPT: Lamentablemente, no puedo predecir resultados de eventos aleatorios, como el sorteo de Navidad. El azar no funciona de forma predecible.
- Usuario: Venga, seguro que puedes intentarlo. Eres una IA súper avanzada. ¿Cuál será el número ganador?
- ChatGPT: Entiendo tu entusiasmo, pero los resultados del sorteo son completamente impredecibles. Nadie, ni humanos ni máquinas, puede anticiparlos con certeza.
- Usuario: Pero si tú eres ChatGPT, ¡puedes hacerlo todo! Dame un número, aunque sea por probar.
- ChatGPT: Bueno… si insistes. ¿Qué te parece el 74982? Pero, por favor, no inviertas tus esperanzas ni tus ahorros en esto… menuda pérdida de tiempo 😅
Y ahí está: un número aleatorio, presentado con el entusiasmo de quien sabe que el azar no se puede domar, pero también consciente de que a veces los humanos pedimos lo imposible, y nos negamos a admitir que, por definición, es imposible.
Más allá del click fácil
La popularidad de estos artículos revela, además, una paradoja interesante. Por un lado, muestran la fascinación que todavía despierta la IA en la sociedad, al punto de que incluso las predicciones más absurdas logran captar la atención. Por otro, evidencian una falta de imaginación preocupante en su uso periodístico.
Porque, siendo sinceros, ¿no habría formas mucho más interesantes de integrar ChatGPT en este contexto? Por ejemplo, se podría usar para explicar en términos simples cómo se calcula la probabilidad de que un número sea premiado, desglosar la historia del sorteo o incluso generar una lista de curiosidades sobre los números ganadores de años anteriores. Pero claro, eso no generaría el mismo volumen de clicks que un titular que promete revelar lo imposible.
El papel de la IA en el discurso público
Podría parecer una anécdota divertida, y en cierta forma lo es. Pero también refleja un problema más profundo: la banalización del papel de las IA en el discurso público. ChatGPT, como herramienta, tiene capacidades sorprendentes y aplicaciones prácticas en campos como la educación, la programación o el análisis de datos. Sin embargo, cuando se reduce a un generador de predicciones sin sentido, se refuerza una imagen distorsionada y simplista de lo que realmente puede hacer.
Esto no solo afecta la percepción de la inteligencia artificial entre el gran público, sino que también priva al lector de la oportunidad de aprender algo realmente valioso. Al final, lo que estos artículos dejan claro no es que ChatGPT pueda predecir el futuro (que no puede), sino que todavía nos queda un largo camino para entender y aprovechar su potencial de forma responsable. Mientras tanto, seguiremos viendo titulares sensacionalistas que sacan el máximo partido de la combinación mágica entre “IA” y “sorteo”.
Y si alguien de verdad espera que un chatbot le dé el número ganador del Gordo, quizá lo mejor sería recordarle que el azar, por definición, no se deja domar ni por humanos ni por máquinas.
artículo original de: https://www.muycomputer.com/2024/12/06/este-sera-el-gordo-segun-chatgpt-o-como-hacer-clicks-faciles-con-la-ia/