Según la Organización Mundial de la Salud, 2,5 millones de personas pierden la vida al año por culpa de este virus. Pero más allá de los datos, para mí este día tiene gran relevancia, ya que permite conocer las historias detrás de la gente que sufre sida y cómo un pequeño bichito les ha cambiado la vida.

El VIH no solo afecta a la salud física de las personas, sino que también deja cicatrices emocionales y psicológicas que se agudizan debido a los estigmas que siguen presentes en una sociedad que discrimina a las personas seropositivas.

Promover la conciencia sobre el VIH

Recuerdo cómo, cuando se empezó a hablar del sida, la información era muy limitada, y el miedo dominaba cualquier conversación sobre el tema, haciendo que pareciera casi tabú hablar sobre ello. Esa falta de conciencia todavía afecta hoy en día, a pesar de los significativos avances médicos que han hecho posible que las personas con VIH vivan una mejor vida, como la terapia antirretroviral, que combina varios medicamentos que actúan en diferentes etapas del ciclo de vida del virus, lo que reduce su capacidad para replicarse.

Desde Cáritas, promovemos la lucha constante de este colectivo por una mayor inclusión y comprensión. Gracias al hogar Casa Samuel, acogemos, orientamos y acompañamos a personas en situación de exclusión afectadas por el sida en los procesos de enfermedad, recuperación e integración social. Además, se llevan a cabo acciones de prevención y sensibilización de la sociedad, ya que la educación es la clave para terminar con la discriminación.

Romper barreras

Para mí, este día tiene también un toque de esperanza. Si algo ha quedado claro a lo largo de las décadas es que la comunidad, la ciencia y el trabajo incansable de organizaciones y personas individuales han dado pasos gigantescos en la lucha contra el VIH/sida. Los tratamientos han mejorado, y la vida de los afectados ha cambiado para mejor.

Pero la historia del sida no es solo una de lucha y adversidad, sino también de solidaridad, de superar barreras y de aprender a convivir con lo diferente. Este 1 de diciembre, Cáritas te invita a alzar la voz para dejar a un lado el peso del estigma y el miedo a ser juzgadas de aquellas personas que se ven envueltas en esta situación.