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La semana pasada, en una feria internacional de importaciones celebrada en Shanghai, una docena de periodistas latinoamericanos fueron invitados por el Gobierno chino, que suele patrocinar largos viajes promocionales a reporteros de países amigos, generalmente naciones en vías de desarrollo que reciben importantes inversiones chinas. Después de una estancia de hasta seis meses disfrutando de la cultura china, estos periodistas regresan listos para difundir en sus medios todas las bondades del régimen que han presenciado.
Ganar la batalla de la narrativa es clave para la expansión china en territorios previamente dominados por la influencia de su gran rival, Estados Unidos. Los viajes financiados para periodistas, que también incluyen a muchos de África y Oriente Próximo, forman parte de esta estrategia.
No es casualidad que entre los invitados a la feria de Shanghai hubiera un periodista peruano justo una semana antes de que el presidente Xi Jinping viajara a Perú para participar en una cumbre internacional e inaugurar un mega puerto, uno de los proyectos estrella de la nueva Ruta de la Seda.
Inauguración del Puerto de Chancay
Xi, tras una breve escala en Gran Canaria, fue recibido en Lima por la presidenta Dina Boluarte. Inauguró el puerto de Chancay, a 70 kilómetros de la capital peruana, construido gracias a una inversión china de 1.300 millones de dólares, liderada por el grupo Costo con apoyo local.
El presidente Xi no visitó el puerto, pero ofreció un discurso en Lima donde definió el proyecto como un nuevo corredor marítimo entre China y América Latina, que traerá prosperidad a Perú y a toda la región, calificándolo como un «caso exitoso de cooperación chino-peruana» bajo la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Visita a América Latina
Xi, quien participará en la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico, llegó a Lima escoltado por una importante comitiva del Politburó de Pekín, incluyendo al jefe de la diplomacia china, Wang Yi, y los ministros de Comercio y Finanzas.
Después de Perú, donde Xi firmará una treintena de acuerdos comerciales con el Gobierno de Boluarte, la delegación china se dirigirá a Brasil para asistir a la reunión anual del G-20 y recibir un homenaje de Estado por su homólogo Lula da Silva.
China como Socio Comercial
En América Latina, China es el segundo socio comercial después de EEUU. El comercio bilateral ha crecido de 18.000 millones de dólares en 2002 a 450.000 millones en 2022. El gigante asiático mantiene acuerdos de libre comercio con cinco países y más de una veintena de proyectos bajo la nueva Ruta de la Seda, a la que se han adherido muchas naciones de la región.
Las empresas chinas han entrado en Argentina para explotar tierras raras, compran crudo en Venezuela y soja en Brasil, donde controlan varias centrales hidroeléctricas y parques eólicos.
En Chile, la empresa china BYD obtuvo un contrato para producir litio. Según un análisis de AidData, los proyectos chinos en la región han movilizado 286.100 millones de dólares, incluyendo líneas de metro y represas hidroeléctricas.
Contexto Geopolítico
El viaje de Xi coincide con informes desde Washington sobre el senador estadounidense Marco Rubio, elegido por Trump como secretario del Departamento de Estado. Rubio es crítico con China y ha instado a Washington a centrarse en América Latina para contrarrestar la influencia de Pekín. Sin embargo, China tiene una ventaja dada la preocupación en la región por la retórica agresiva de Trump.
artículo original de: https://www.elmundo.es/internacional/2024/11/15/67371b6f21efa0c4538b459a.html