Real Madrid y su relación con Europa
Para el Real Madrid, la competición europea ha sido siempre su objetivo primordial, una especie de destino inevitable. Sin embargo, el comienzo en esta temporada de Euroliga no ha sido el esperado. El equipo madrileño acumuló su tercera derrota consecutiva al caer ante un Bayern Múnich agresivo y bien estructurado, liderado por la habilidad de Shabazz Napier, un jugador que ha pasado de la NBA a iluminar la escena europea del baloncesto.
El desafío de la renovación
Con apenas dos semanas de competición oficial, las alarmas se han encendido en el entorno del Real Madrid. La dirección del club optó por un mercado de fichajes arriesgado, con una renovación profunda del plantel. El entrenador Chus Mateo se encuentra en una posición incómoda, consciente de que no puede permitirse liderar un equipo sin identidad ni cohesión. A pesar de intentar mostrar seriedad tras un inicio decepcionante, el equipo no ha logrado mantener un rendimiento constante.
La irrupción del Bayern
El estreno del SAP Garden fue el escenario de una nueva decepción para el Madrid. El Bayern de Múnich, dirigido por Gordon Herbert y también en proceso de reinvención, supo capitalizar las debilidades de su rival. Con cinco nuevas incorporaciones en su plantilla, el equipo alemán comenzó a marcar diferencias desde el inicio del partido.
Ajustes en el equipo blanco
Con la ausencia de Mario Hezonja, Mateo decidió modificar su quinteto titular, incorporando a Eli Ndiaye y relegando a Xavier Rathan-Mayes al banquillo. A pesar de algunos destellos de calidad, Rathan-Mayes tuvo una actuación irregular, fallando cuatro tiros libres cruciales. La falta de fluidez en el juego del Madrid fue evidente, y el Bayern no tardó en aprovechar la situación.
Deficiencias defensivas
Una de las principales falencias del Real Madrid en este partido fue su incapacidad para defender eficientemente. Las pérdidas de balón y la falta de concentración permitieron que el Bayern, con un Napier especialmente efectivo desde el perímetro, tomara el control del juego. Solo Dzanan Musa parecía estar en sintonía con la exigencia del encuentro, intentando compensar el caos que había costado la derrota en Coruña días antes.
Reacción insuficiente
A pesar de una tímida reacción liderada por la segunda unidad del equipo, el Madrid volvió a caer en viejos errores al inicio del segundo cuarto. Con Carsen Edwards y Johannes Voigtmann destacándose en el ataque rival, la ventaja del Bayern llegó a ser de 11 puntos. No obstante, un Facundo Campazzo inspirado junto a Edy Tavares lograron reducir la diferencia antes del descanso.
Un nuevo impulso tras el descanso
El inicio del tercer cuarto mostró a un Madrid renovado, con una defensa más sólida y un parcial de 0-13 que cambió la dinámica del encuentro. Campazzo se adueñó del partido, ofreciendo una clase magistral de dominio del juego con puntos, asistencias y su clásica conexión con Tavares. Sin embargo, el descanso de Campazzo permitió al Bayern recuperar el aliento.
El golpe final del Bayern
Cuando parecía que el Madrid tenía el control, el Bayern resurgió con fuerza al comienzo del último cuarto. Un parcial de 24-4, impulsado por cinco triples y la energía de Edwards y Napier, descolocó por completo al equipo blanco. Ni siquiera el intento final del Madrid logró evitar la derrota en su debut en la Euroliga, provocando la frustración de Campazzo, quien demostró que su excelencia individual no fue suficiente para cambiar el destino del equipo.
Conclusiones tempranas
El Real Madrid enfrenta un inicio de temporada lleno de incertidumbres y desafíos. La necesidad de construir una nueva identidad de equipo es urgente si desean recuperar la senda del triunfo en Europa. La Euroliga apenas comienza, pero las lecciones aprendidas en estos primeros encuentros serán vitales para el futuro del equipo.
artículo original de: https://www.elmundo.es/deportes/baloncesto/euroliga/2024/10/03/66fee18bfc6c83791a8b4596.html