Manitas que gustan de trastear con su coche, conductores más avezados, o simplemente preocupados por asegurar siempre un buen mantenimiento de su vehículo, descubren con pesadumbre que cada vez es más difícil ejecutar tareas, otrora sencillas, e incluso imprescindibles, en sus coches.
«No quieren que el conductor abra el capó de su coche»
Tener que acudir al taller para resolver un problema tan aparentemente sencillo como un faro fundido. No encontrar la varilla para medir el nivel del aceite. O incluso tener en el garaje un coche cuyo capó no puede abrirse, al menos con una operación sencilla, como tirar de una palanquita. Estas son algunas de las situaciones cada vez más comunes en un coche moderno.
Y hete aquí la existencia de razones de peso, y técnicas, por las cuales las marcas de coches no quieren que trasteemos con nuestros coches, e incluso prefieren que mejor ni abramos el capó.
Cada vez son menos las tareas de mantenimiento, reparación y cuidado de un automóvil que puede hacer el propietario por su cuenta
Adiós a la varilla del aceite del motor
Una de las lecciones que aprendimos muchos conductores era que, periódicamente, deberíamos revisar los niveles de los líquidos, especialmente el aceite, que ha de estar en un nivel adecuado para el correcto funcionamiento del motor, y el líquido refrigerante. El nivel del líquido limpiaparabrisas, con menos drama, pero también necesario para evitar que se agote y nos encontremos en carretera con el parabrisas sucio y sin líquido para limpiarlo. La presión de los neumáticos, imprescindible para evitar problemas que podrían comprometer con nuestra seguridad.
Hoy en día ya no debería sorprendernos que un coche, directamente, prescinda de varilla para medir el nivel de aceite. Algunas marcas europeas, como Mercedes-Benz, iniciaron el abandono de la varilla del aceite hace prácticamente 20 años. Para entonces, ya habían introducido sistemas de medición digitales, que emplean sensores, y un aviso del ordenador de a bordo, para conocer el nivel del aceite, y avisarnos de que en el próximo repostaje deberíamos rellenar el aceite para mantenerlo en los niveles de servicio.
El conductor no tiene más que añadir el aceite que indica el ordenador de a bordo y el manual de servicio y despreocuparse hasta la próxima vez que salte el aviso. Esta fórmula debería ser más precisa que una medición manual y, sobre todo, debería ahorrar quebraderos de cabeza, o una mala interpretación de las mediciones si no se efectúan en las condiciones concretas que recomienda el manual de servicio.
En Europa, marcas como Mercedes-Benz comenzaron a eliminar la varilla para medir el nivel del aceite hace ahora casi veinte años
¿Hemos de echar de menos la varilla del aceite del motor?
Aparentemente esta situación habría sorprendido a algunos conductores de vehículos del Grupo Stellantis, especialmente de SUV y pick-ups de Jeep y RAM dotadas del motor de seis cilindros, en el que ya no hay varilla para la medición del aceite. Automotive News se hacía eco de este hecho y daba voz a un responsable de Stellantis que defendía la medición por sensor por «ser ingeniería pensada para el cliente», «que no prioriza la medición manual del nivel del aceite», con la ventaja de «un sensor que presenta esta información cada vez que encendemos el motor».
Mercedes-Benz, que como decíamos comenzó hace mucho tiempo a eliminar las varillas de medición del aceite, apuntaba a que la solución del sensor «elimina el riesgo de error humano como un factor externo que podría resultar en una malinterpretación del nivel del aceite», y también a las «diferencias en la medición en frío o en caliente, que el vehículo no esté en una superficie plana, o el ángulo de visión de la varilla de aceite».
En resumen, y como decían nuestros colegas de Motorpasión, no se fían de nosotros.
¿No se fían de nosotros? ¿O simplemente es más sencillo y preciso que tareas como la medición del nivel del aceite recaigan en un sensor?
Una razón de peso para no dejar al cliente abrir el capó
Michael Crossen, de Consumer Reports, era más tajante y apunta que «los fabricantes realmente no quieren que el conductor, que sus clientes, abran el capó» y apela a una cuestión técnica, «muchos coches ahora son híbridos y tienen sistemas de alto voltaje, lo cual genera una preocupación mayor por la seguridad».
Los sistemas eléctricos de alta tensión, que no solo están presentes en coches completamente eléctricos, sino también en muchos híbridos, se han diseñado para estar perfectamente aislados y señalizados, no solo para evitar que las marcas pierdan a sus clientes por un desafortunado accidente, tocando donde no debían, sino también para hacer seguras las reparaciones y labores de mantenimiento, o incluso la atención en un siniestro de tráfico.
Pero los fabricantes creen que cuanto menos toquemos debajo del capó mejor, por nuestro bien y por el suyo.
Los eléctricos y los híbridos emplean sistemas de alta tensión que, aún estando protegidos, cuanto menos accesibles sean, mejor
Bloqueando el capó del coche
De Mercedes-Benz es también uno de los casos más interesantes de ese interés por evitar que el cliente acceda al interior del capó de sus coches, cada vez más habitual en muchos coches eléctricos. En vehículos como el Mercedes EQE ya no es posible acceder, al menos con una maniobra tan sencilla como tirar de una palanquita, a lo que se esconde bajó el capó del coche. Mercedes-Benz ha complicado la operación para evitar el acceso sencillo al capó, que es practicable, y puede abrirse, pero con una maniobra algo más compleja. Algo más que una declaración de intenciones de cara a disuadir al conductor a abrir el capó de su coche.
Y como bien te estarás preguntando, el hecho de que un coche eléctrico prescinda de aceite de motor no quita que su conductor aún tenga que ser capaz de rellenar algunos líquidos sin tener que acudir a un taller de la marca, como es el líquido del limpiaparabrisas. Mercedes por supuesto pensó en esto, y por ello suplió el acceso sencillo al capó con una pequeña bandeja retráctil instalada en la aleta delantera, desde la cual podemos rellenar el líquido del limpiaparabrisas. Fabricantes que directamente no disponen de un capó al uso, sino de un segundo maletero, han limitado aún más el acceso a los componentes mecánicos y eléctricos y han buscado también soluciones específicas para rellenar el líquido del limpiaparabrisas.
Ahora bien, ¿a ti también te resulta incómodo no poder realizar operaciones que antaño eran sencillas e imprescindibles? ¿Qué problemas de este tipo te has encontrado al cambiar tu antiguo coche por uno más moderno?