Bruselas solicita aclaraciones adicionales a Hungría sobre la emisión de visados a ciudadanos rusos y bielorrusos



El conflicto que se ha desatado en Ucrania tras la invasión rusa ha generado una serie de reacciones y medidas restrictivas por parte de la Unión Europea (UE) hacia la Federación Rusa y Bielorrusia, aliados en esta contienda. En este contexto, la Comisión Europea ha intensificado su escrutinio sobre los estados miembros para asegurar el cumplimiento de las sanciones y restricciones impuestas. En un reciente desarrollo, Bruselas ha solicitado a Hungría que proporcione explicaciones detalladas sobre la concesión de visados a ciudadanos rusos y bielorrusos, en un esfuerzo por garantizar que las medidas de seguridad y las sanciones contra ambos países se mantengan firmes.

Preocupaciones de la Comisión Europea



La Comisión Europea ha expresado su preocupación por la aparente facilidad con la que los ciudadanos rusos y bielorrusos han accedido a visados emitidos por Hungría. Este movimiento ha sido visto como una posible violación de las sanciones impuestas por la UE, diseñadas para aislar a Rusia y Bielorrusia en respuesta a sus acciones en Ucrania. La Comisión ha solicitado a las autoridades húngaras que proporcionen información detallada y justificaciones sobre los procedimientos y criterios utilizados para la emisión de estos visados.

Contexto de las sanciones



Desde el inicio del conflicto en Ucrania, la Unión Europea ha implementado una serie de sanciones económicas, políticas y diplomáticas contra Rusia y Bielorrusia. Estas medidas incluyen restricciones de viaje, congelación de activos y prohibiciones de exportación, entre otras. La emisión de visados a ciudadanos de estos países está sujeta a un escrutinio riguroso para evitar posibles brechas en las sanciones.

La postura de Hungría



Hungría, bajo el liderazgo del primer ministro Viktor Orbán, ha adoptado una postura menos confrontativa hacia Rusia en comparación con otros miembros de la UE. Orbán ha mantenido una relación relativamente cercana con el presidente ruso Vladimir Putin, lo que ha generado tensiones dentro de la Unión. La emisión de visados a ciudadanos rusos y bielorrusos por parte de Hungría ha sido vista por algunos como una manifestación de esta postura más conciliadora.

El proceso de emisión de visados



El procedimiento de emisión de visados en la UE está diseñado para ser riguroso y transparente, especialmente en el contexto de las sanciones actuales. Los estados miembros están obligados a seguir directrices estrictas para garantizar que los visados no sean utilizados para eludir las sanciones. La Comisión Europea ha solicitado a Hungría que demuestre cómo se han seguido estas directrices y de qué manera se han evaluado los riesgos asociados con la concesión de visados a ciudadanos de los países sancionados.

Impacto en la unidad de la UE



La solicitud de explicaciones de Bruselas a Hungría destaca las tensiones internas dentro de la Unión Europea en cuanto a la aplicación uniforme de las sanciones. La unidad y la coherencia en la implementación de estas medidas son cruciales para su efectividad. Cualquier desviación o inconsistencia puede socavar los esfuerzos colectivos para presionar a Rusia y Bielorrusia.

Reacciones de otros estados miembros



Varios estados miembros de la UE han expresado su apoyo a la solicitud de la Comisión Europea, subrayando la importancia de mantener una postura firme y unificada frente a la agresión rusa. Países como Polonia y los Estados bálticos, que comparten fronteras con Rusia y han sentido directamente las amenazas de seguridad, han sido particularmente vocales en su apoyo a una implementación estricta de las sanciones.

Posibles consecuencias para Hungría



Si se determina que Hungría ha violado las directrices de la UE respecto a la emisión de visados, el país podría enfrentar sanciones adicionales o medidas correctivas por parte de la Unión. Esto podría incluir restricciones en la participación en ciertos programas de la UE o en la recepción de fondos europeos. Además, podría haber repercusiones diplomáticas y políticas dentro de la Unión.

La importancia de la transparencia



La transparencia en la emisión de visados y en la aplicación de las sanciones es fundamental para mantener la credibilidad y la efectividad de las medidas de la UE. La solicitud de explicaciones por parte de Bruselas a Hungría subraya la necesidad de que todos los estados miembros actúen de manera coherente y responsable.

El papel de la Comisión Europea



La Comisión Europea tiene la responsabilidad de supervisar y garantizar la correcta implementación de las políticas y sanciones de la UE. En este caso, su intervención refleja un esfuerzo por asegurar que no haya lagunas o incumplimientos que puedan socavar las sanciones contra Rusia y Bielorrusia.

Próximos pasos



Hungría ha sido instada a proporcionar las explicaciones solicitadas en el menor tiempo posible. La Comisión Europea evaluará la información proporcionada y determinará si es necesario tomar medidas adicionales. Este proceso será seguido de cerca por otros estados miembros y observadores internacionales.

Conclusión



La solicitud de explicaciones de Bruselas a Hungría sobre la emisión de visados a ciudadanos rusos y bielorrusos pone de relieve las complejidades y desafíos en la implementación de sanciones dentro de la Unión Europea. La unidad y la coherencia son esenciales para la efectividad de estas medidas, y cualquier desviación puede tener consecuencias significativas. La respuesta de Hungría y las acciones subsiguientes de la Comisión Europea serán cruciales para determinar el curso futuro de esta situación.

EL PAÍS

Bruselas Desconfía de la Ampliación de Visados Laxos a Rusos y Bielorrusos por Parte de Hungría

A Bruselas no acaban de convencerle las respuestas de Budapest para justificar la extensión de una forma de visados más laxa a ciudadanos rusos y bielorrusos, anunciada justo después del viaje unilateral —y desautorizado por la UE— del primer ministro, Viktor Orbán, a Moscú al comienzo de la presidencia húngara de turno del Consejo de la UE. La comisaria de Interior, Ylva Johansson, ha revelado este miércoles que ha enviado una segunda carta pidiendo más explicaciones al Ejecutivo nacionalpopulista húngaro, que ha vuelto a subir el tono al rechazar, una vez más, las preocupaciones de la UE, que ha calificado de “histeria política”.

Rusia es una amenaza a la paz y a la democracia y es una amenaza a la UE (…) en tiempos como estos, adoptar nuevas iniciativas para recibir en la UE a ciudadanos de dos Estados hostiles, Bielorrusia y Rusia, provoca graves dudas. Es una amenaza potencial a nuestra seguridad”, ha recordado Johansson en una comparecencia ante la comisión de Libertades Civiles, Justicia e Interior (Libe) de la Eurocámara. La responsable sueca ha explicado en el encuentro los pasos dados por el Ejecutivo europeo desde que Hungría decidió ampliar, en julio, la denominada tarjeta nacional a ciudadanos rusos y bielorrusos, que Bruselas teme pueda suponer una amenaza a la seguridad de todo el espacio Schengen.

Según ha revelado, en la respuesta que recibió hace dos semanas —y fuera del plazo que había estipulado— a su carta enviada el 1 de agosto pidiendo por primera vez explicaciones por la extensión de la denominada tarjeta nacional a ciudadanos rusos y bielorrusos, Hungría dejó “sin aclarar” dos aspectos clave: “¿Por qué considera el Gobierno húngaro necesario o apropiado este mecanismo dada la situación política actual?”, se ha preguntado. A juicio de la comisaria, las presuntas ventajas económicas nacionales “parecen desproporcionadas ante el potencial impacto en seguridad para la zona Schengen” de esta medida. Y Budapest no aclara, ha añadido, cómo es que no es capaz de suplir con trabajadores de la UE las necesidades laborales que alega para ampliar este tipo de visados.

Otra cuestión que según Johansson es inquietante y sigue sin una aclaración satisfactoria es que “parece que los controles de seguridad a rusos y bielorrusos no son diferentes de los realizados a otros ciudadanos, pese al riesgo mayor [que suponen]”.

El pulso del Gobierno prorruso de Orbán con Bruselas viene de largo, pero se ha recrudecido desde que Hungría asumió, el 1 de julio, la presidencia rotatoria de turno de la UE. Poco después, Orbán emprendía una supuesta “misión de paz” que lo llevó a Moscú, Pekín y Mar-a-Lago, la residencia en Florida del candidato republicano a la presidencia de EE UU, Donald Trump, en un viaje abiertamente desautorizado por la UE.

En esas mismas fechas, Budapest anunció que ampliaba, entre otros, a ciudadanos rusos y bielorrusos la tarjeta nacional que flexibiliza las condiciones de admisión de viajeros y trabajadores invitados, un programa que ya funcionaba para ucranios y serbios. La decisión desató la alarma de varios miembros de la UE y de la propia Comisión, que pidió aclaraciones el 1 de agosto, el mismo día en que se produjo el mayor intercambio de prisioneros entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría, entre ellos numerosos espías profundamente infiltrados en territorio europeo, lo que a juicio de Bruselas justifica sus temores.

“Más vigilancia, no menos”

“Estos son momentos de más vigilancia, no menos, no es el momento de ser suaves en materia de seguridad (…) me parece un tanto extraño recibir específicamente a ciudadanos de Rusia y Bielorrusia en una situación en la que sabemos que estos países son hostiles a la UE y tenemos numerosos ejemplos de presuntos ataques rusos en la Unión”, ha recordado ahora la comisaria sueca.

El debate en la comisión de la Eurocámara se produjo sin la presencia de miembros del Gobierno húngaro, como denunciaron varios eurodiputados del grupo parlamentario ultra Patriotas por Europa, impulsado por Fidesz, el partido de Orbán. El presidente de la comisión, el popular Javier Zarzalejos, ha rechazado las recriminaciones, asegurando que nadie del Gobierno en Budapest le hizo llegar petición alguna al respecto.

Una tesis contraria a la de Hungría, cuyo ministro de Asuntos Europeos, János Bóka, celebró horas antes en la misma Eurocámara una rueda de prensa en la que acusó al hemiciclo, así como a varios Estados miembros, de “histeria política” contra Budapest.

“No hay ningún problema legal o de seguridad en el sistema húngaro de permisos, pero hay una clara histeria política creada por la mayoría del Parlamento Europeo y algunos Estados miembros”, ha criticado Bóka. El responsable húngaro ha justificado la decisión de ampliar la tarjeta nacional a rusos y bielorrusos en las “habilidades especiales” de los ciudadanos beneficiados y ha asegurado que fue “estrictamente una coincidencia” que la decisión se produjera coincidiendo con el viaje de Orbán a Moscú, uno de los puntos que más sospechas provoca en Bruselas.

Bóka ha desestimado una vez más los temores citando las cifras. Según ha revelado, en los dos meses en que está en vigor la medida solo se han emitido 10 permisos a ciudadanos rusos y otros cuatro a bielorrusos. “Estadísticamente son cifras irrelevantes cuando vemos las cifras globales en cuanto al número en la UE”, ha afirmado, asegurando que su país no está en el top ten de los países europeos que más permisos de residencia y laborales conceden a ciudadanos de esas nacionalidades.

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