Hamás no desmiente las acusaciones de Israel de que sus hombres asesinaron con disparos realizados a corta distancia a los seis rehenes cuyos cuerpos fueron hallados el domingo en un túnel de Rafah (en el sur de Gaza) para evitar que fueran liberados con vida. Esos seis nuevos féretros han sacado a la calle a cientos de miles de personas en las manifestaciones de protesta más multitudinarias de la guerra mientras arrecian las críticas sobre el primer ministro, Benjamín Netanyahu. En su primera reacción pública desde que Israel recuperó los cuerpos de esos rehenes, el portavoz del brazo militar del grupo fundamentalista en la Franja, Abu Obeida, reconoce que habían dado “instrucciones nuevas” a los carceleros de los secuestrados en caso de que se vieran rodeados por las tropas israelíes, según un mensaje emitido en redes sociales.
No aclara si ese protocolo se concreta en la ejecución de los cautivos para evitar que sean rescatados vivos, pero así lo da a entender, ya que argumenta que tomaron la decisión a raíz de lo ocurrido el pasado junio en el campo de refugiados de Nuseirat. El día 9 de ese mes, el ejército israelí logró liberar a cuatro rehenes durante una operación en la que las propias autoridades israelíes reconocen que murieron unos 100 gazatíes, cifra que fuentes de Hamás elevaron a 274.
“Les decimos claramente a todos que después del incidente de Nuseirat, dimos nuevas instrucciones a los combatientes encargados de custodiar a los prisioneros sobre cómo tratarlos si el ejército de ocupación se acercaba al lugar de su detención”, ha comentado Obeida, que culpa al Gobierno de Israel, liderado por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, de la muerte de los cautivos. “La insistencia de Netanyahu en liberar a los prisioneros a través de la presión militar, en lugar de sellar un acuerdo, significa que serán devueltos a sus familias amortajados. Sus familias deben elegir si los quieren muertos o vivos”, ha añadido el portavoz.
Al mismo tiempo, Hamás ha publicado un vídeo en el que aparece Eden Yerushalmi, de 24 años. Se trata de uno de esos seis rehenes, todos secuestrados durante el gran ataque de Hamás en territorio israelí del pasado 7 de octubre. Mirando directamente a la cámara, la joven reclama a Netanyahu que haga “cuanto sea necesario” para lograr la liberación y reclama a la gente que tome las calles para elevar la presión sobre las autoridades del país.
“Estamos sufriendo todos”, recalca en tono airado Yerushalmi, al tiempo que se refiere a los constantes bombardeos y al miedo que pasan. La secuestrada llega a preguntarse si ella vale menos que Guilad Shalit, el soldado secuestrado igualmente en Gaza que regresó a casa tras ser intercambiado hace más de una década por un millar de prisioneros palestinos.
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“Esta no es la manera en que pensamos que esto iba a acabar, Eden, mi amor”, gritó su madre rota de dolor durante el entierro en la tarde del domingo ante el cuerpo de su hija envuelto por la bandera nacional. La grabación hecha pública por Hamás no tiene fecha y la familia de Yerushalmi ha autorizado solo la publicación de una parte, esa en la que, al final, ella apela directamente a su padre, su madre y a sus hermanas, a los que manda un mensaje de amor.
Presión para el alto el fuego
No es la primera vez que el grupo fundamentalista saca a la luz imágenes de secuestrados con las que tratan de presionar a las autoridades del Estado judío para que acepten un acuerdo de alto el fuego que incluya la liberación de los cautivos que quedan en la Franja, en torno a un centenar de los que aproximadamente un tercio estarían ya muertos, según cálculos de las autoridades de Israel.
El pasado abril, los fundamentalistas palestinos ya difundieron un vídeo similar al de Yerushalmi en el que aparece el más joven de estos seis rehenes ahora muertos. Se trata de Hersh Goldberg-Polin, de 23 años y con doble nacionalidad israelí y estadounidense. Las imágenes lo mostraban con el muñón en el brazo izquierdo tras haber perdido la mano durante el ataque del 7 de octubre, cuando, además de asesinar a unas 1.200 personas, Hamás secuestró a 250.
La recuperación de estos seis cuerpos ha levantado una enorme polvareda en Israel en la misma semana en la que se cumplen 11 meses de guerra con más de 40.000 muertos en Gaza por los ataques israelíes. Las calles de las principales ciudades han sido escenario de las mayores manifestaciones contra Netanyahu de toda la contienda. Las protestas se mantienen a diario con actos convocados principalmente por el foro que acoge a las familias de secuestrados y desaparecidos. El mandatario israelí compareció a última hora del lunes en rueda de prensa para tratar de responsabilizar a Hamás de bloquear un acuerdo. Netanyahu ha sido acusado este miércoles por la prensa israelí de mentir y de tratar de mantenerse en su puesto a toda costa.
Un Netanyahu enrocado —incluso en contra del criterio de su ministro de Defensa, Yoav Gallant— insistió en una comparecencia a última hora del lunes en que en ningún caso desalojará a sus tropas del Corredor Filadelfia, que transcurre a lo largo de los 14 kilómetros que separan Gaza de Egipto, y donde se ubica el único paso fronterizo entre esos dos territorios. En nuevas críticas lanzadas contra Netanyahu, el opositor Yair Lapid le acusa de haber convertido a Israel en una “nación atemorizada” en medio de la violencia. “Lo único que preocupa a Netanyahu es cómo continuar la guerra para que el Gobierno no se desmorone. En lugar de que el Gobierno proteja las vidas de los ciudadanos y soldados, las vidas de los ciudadanos y soldados protegen al Gobierno”, ha afirmado el martes durante una intervención pública.
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