El pasado mes de julio AMD presentaba los nuevos Ryzen 9000

y de su mano, claro, los chipsets serie 800, es decir, los X870E, X870, B850 y B840. Como ocurre en la inmensa mayoría de los saltos generacionales de los procesadores, de la mano de los mismos suele llegar también una nueva generación del chipset, que además de permitir al sistema sacar el máximo partido a los nuevos integrados, también traen la compatibilidad con las tecnologías más recientes.

Este año, a diferencia de lo ocurrido en anteriores, el lanzamiento de placas base para la serie Ryzen 9000 quedó un poco desplazado en el tiempo con respecto a la comercialización de sus placas base, pero afortunadamente no fue necesario esperar demasiado tiempo, pues los primeros modelos de los principales fabricantes empezaron a llegar al mercado más pronto que tarde. Ahora bien, todavía estábamos a la espera de que las principales marcas empezaran a ampliar sus catálogos al respecto, y hoy nos encontramos con un enorme movimiento en este sentido por parte de Gigabyte, que acaba de presentar nada menos que seis nuevas placas base con los chipsets X870E y X870, que se suman a las previamente existentes. Así, esta es la propuesta completa de la marca para esta generación de AMD:

Así, como puedes comprobar, nos encontramos con propuestas basadas en los dos chipsets de nivel superior, pero que cubren un rango excepcionalmente amplio de posibilidades, que van desde el tope absoluto de gama, hasta opciones bastante más económicas que facilitan mucho el acceso a esta nueva generación.

Recordemos, como te contamos en el momento de su anuncio, qué ofrece cada uno de estos dos chipsets:

• AMD X870E: tope de gama, con soporte de PCIe Gen5 en GPU y unidades NVMe, USB 4 obligatorio, overclock en CPU y memoria y líneas PCIe adicionales para configuraciones multi GPU.
• AMD X870: gama alta, con soporte de PCIe Gen5 en GPU y unidades NVMe, USB 4 obligatorio, overclock en CPU y memoria y líneas PCIe adicionales para configuraciones multi GPU.

Así, como puedes ver, ambos dan soporte a las mismas generaciones de las tecnologías más empleadas, por lo que la principal diferencia es que la versión E cuenta con un mejor soporte para overclocking y, por lo tanto, es la más recomendada para aquellos usuarios que se van a decantar por componentes que también respondan adecuadamente ante la modificación de las frecuencias de trabajo.