Un vistazo a la ficha técnica del FIAT Cinquecento Sporting
Un simple vistazo a su ficha técnica deja en ridículo al FIAT Cinquecento Sporting. El más básico de los utilitarios actuales es más rápido, y la diferencia es aun más salvaje si hablamos de cualquier coche mínimamente deportivo de hoy día. Pero juzgar a esta pelotilla italiana solo por sus cifras sería una auténtica falta de respeto. Porque este Cinquecento Sporting es la viva demostración de que «menos es más». En este artículo, os queremos contar la historia de este utilitario deportivo low-cost. Espartano y básico, pero cargado de carácter, ultraligero, y mucho más emocionante de lo que jamás podrías pensar.
La diversión, siempre es mejor en frasco pequeño.
Historia del FIAT Cinquecento Sporting
La historia del FIAT Cinquecento comienza a principios de los años ochenta… en Polonia. FSM, una joint-venture entre FIAT y el fabricante polaco FSO, comenzó a desarrollar un urbano low-cost que pudiera reemplazar a los FIAT 126. Entre 1982 y 1986, produjeron una serie de prototipos que culminaron en el Beskid 106, un interesante coche urbano que nunca llegó a producirse en serie. Las malas lenguas dicen que los Beskid fueron la inspiración de Renault a la hora de desarrollar el Twingo, que sería rival directo de los Cinquecento en los años noventa.
La producción del FIAT Cinquecento comenzó en 1991. El Sporting no llegó al mercado hasta 1994.
La caída del Muro de Berlín y la transición de Polonia a una economía capitalista fue traumática, y sin entrar en demasiados detalles, permitió a FIAT producir el Cinquecento a un coste realmente competitivo, haciendo rentable el proyecto del Cinquecento, cuya producción en serie comenzó en 1991. Su producción en Polonia garantizaba el empleo de decenas de miles de personas y muchas de sus piezas eran suministradas localmente. Estaba posicionado por debajo de los Uno y se concibió como solución de movilidad de bajo coste, como sucesor espiritual de los míticos 500.
De ahí su nombre.
En persona con el FIAT Cinquecento Sporting
Lo primero que advertimos del Cinquecento Sporting es su diseño ultra racional, fruto de una marcada contención del gasto. La estética del Cinquecento estaba inspirada en lanzamientos recientes de la marca, como el FIAT Tipo o el lavado de cara del Uno. Todos los Cinquecento miden poco más de 3,20 metros y son muy cuadriculados, pero la versión Sporting presenta diferencias notables. La primera es este color amarillo Giallo Ginestra, el mismo que podíamos encontrar en un Delta Integrale a principios de los años noventa.
El paragolpes es específico, y está pintado del color de la carrocería. Cuenta con una abertura para que el radiador respire adecuadamente, algo muy importante teniendo en cuenta el pequeño hueco existente bajo el capó. El Sporting mide 3,23 metros y de su perfil lateral destacamos unas llantas de solo 13 pulgadas, calzadas con neumáticos de 175 mm de sección. Hoy en día son medidas casi anecdóticas. Abarth ofrecía unas taloneras como accesorio, pero creo que el coche tiene un aspecto más bonito sin ellas.
En la zaga, cortada a cuchillo a causa de la forma cúbica del coche, encontramos un emblema específico, una defensa del color de la carrocería y una pequeña cola de escape ovalada. Un detalle a tener en cuenta es que pese a su orientación de bajo coste y pequeñas dimensiones, el Cinquecento gozaba de suspensión independiente trasera – algo poco común en utilitarios en la época. En persona, el Cinquecento Sporting se siente muy diferente a otros Cinquecento, y esa diferenciación también estaba presente en su habitáculo, que vamos a ver a continuación.
La filosofía low-cost del Cinquecento está presente en detalles como su salpicadero de una pieza sin guantera, la chapa vista en sus puertas, sus escuetas molduras o su bajo aislamiento. Con todo, podía equipar elementos como airbag, aire acondicionado o techo practicable, algo a lo que no todos sus rivales podían aspirar. Aun así, todos sus mandos están a mano y contamos con una instrumentación específica – con cuentavueltas hasta 8.000 rpm – un volante y cambio forrados en cuero, asientos más deportivos y los reposacabezas del último FIAT Uno Turbo.
Las plazas traseras del Cinquecento son pequeñas, pero sorprendentemente grandes en relación al tamaño del coche. Por supuesto, cuentan con los mismos elementos de diseño de las plazas delanteras. Todos los Cinquecento son coches de cinco plazas, no de cuatro plazas.
Mecánica del FIAT Cinquecento Sporting
El corazón del Cinquecento es un motor conocido como 1.1 FIRE. Cubica solamente 1.108 cc, tiene cuatro cilindros, ocho válvulas y 54 CV de potencia. Este motor era procedente del FIAT Punto 55. El motor FIRE era construido de forma robotizada, y nada tenía que ver con el resto de motores de los Cinquecento. La gama arrancaba con un sencillo bicilíndrico de poco más de 700 cc y 30 CV, aun equipado con carburador y montado, curiosamente, de forma longitudinal, y un cuatro cilindros de 0,9 litros, con una potencia de 39 CV e inyección.
Era un motor de inyección monopunto, ultra-sencillo y muy fiable. Este motor se asocia a un cambio manual de cinco relaciones, algo más largas que las de un Cinquecento 0.9, pero muy cortitas. El 0 a 100 km/h sucede en 13,8 segundos y su velocidad punta es de solo 150 km/h, a causa de sus cortísimos desarrollos. No obstante, esto no supone problema alguno. Llama la atención el poco espacio bajo el capó: pese a ser un motor muy pequeño, ocupa casi todo el espacio disponible.
Al volante del Cinquecento Sporting
Conducir el Cinquecento Sporting es como viajar atrás en el tiempo: lo primero que advierto es que su dirección no está asistida, así como la maravillosa visibilidad que tengo desde su puesto de conducción – algo ya perdido en los coches modernos. Otro detalle anacrónico es una posición de pedales compleja, desplazada hacia el centro del coche y con los pedales muy juntos. La posición de conducción es alta, similar a la de un crossover, pero cómoda, gracias a unos asientos que sujetan el cuerpo francamente bien y un volante de pequeño radio.
Sorprendentemente, alguien de mi estatura (1,83 metros) se siente muy cómodo a los mandos de este minúsculo coche urbano. La falta de aislamiento es patente en todo momento, y el escaso tamaño del habitáculo nos sumerge de lleno en la experiencia de conducción. Todo es directo en el Sporting: la dirección es precisa y muy comunicativa, y el motor responde con una garra que no esperaba, mientras su sonido mecánico se cuela en nuestros oídos. El tacto del cambio es duro y mecánico, al igual que el tacto de los pedales.
Estas sensaciones son propias de un coche verdaderamente deportivo. Algo que me ha sorprendido son las prestaciones del coche, o mejor dicho, lo rápido que se siente el coche… sin realmente serlo. Objetivamente es un coche lento, pero sus marchas cortas, el sonido de su motor, y el torrente de sensaciones que recibimos hacen que ir a 70 km/h por un tramo revirado sea toda una experiencia. Gracias a un peso en vacío ridículamente bajo (solo pesa 735 kilos), el coche es ágil como una serpiente en cuanto llegamos a un tramo verdaderamente revirado.
Lo realmente mágico del Cinquecento Sporting es lo divertido y desenfadado que es. No se te quita la sonrisa de la cara al conducirlo. No necesita grandes frenos ni ayudas electrónicas para gestionar su nivel prestacional y su tacto es casi el de un kart crecido. En cierto modo, y salvando las diferencias, me recordó al Mini 850 de los años setenta que pude probar hace unos años. Eso sí, al límite el coche puede resultar algo nervioso ya que su zaga se descarga de peso en frenadas fuertes – con todo, sus reacciones son nobles y controlables.
Conducir un coche tan ligero hoy día, un coche donde menos es más, es algo que todo petrolhead debe hacer. Es mucho más divertido que ir con el «culo apretado» en un coche demasiado rápido y potente, que ir al «límite» en un coche lento, sin siquiera sobrepasar el límite de velocidad de la vía.
Cotización y Copa Cinquecento
En su lanzamiento en 1991, el FIAT Cinquecento arrancaba en menos de 700.000 pesetas en sus versiones más básicas, y aunque fue lanzado en 1994, en 1997, fecha en la que he podido encontrar su precio, el Sporting se vendía por 1.342.000 pesetas. Hoy en día, es posible encontrar unidades de segunda mano de la versión Sporting por precios dispares, pero siempre contenidos. Por poco más de 1.000 euros encontrarás unidades en estados muy mediocres, pero si quieres una unidad casi tan buena como la que hemos probado y con pocos kilómetros, tendrás que pagar más de 5.000 euros.
En su momento, y de la mano de Abarth, existió una versión kit-car homologada para rallyes bajo las normas del Grupo A. Equipaba suspensiones específicas, barras antivuelco, todo tipo de refuerzos al tren de rodaje y mecánicas modificadas de hasta 70 CV, basadas en las versiones de un litro de cubicaje. Estas mismas modificaciones fueron aplicadas a las unidades que participaron en una copa monomarca ideada por FIAT, llamada Copa Cinquecento.
Me ha encantado, y espero que este artículo os haya permitido ver más allá de sus 54 CV y curiosa estética, entendiendo esa fantástica filosofía minimalista, aplicada al concepto de utilitario deportivo.