Los líderes tecnológicos ya no se sentirán inmunes


La detención del fundador de Telegram es una advertencia única


En un giro inesperado de los acontecimientos, la reciente detención del fundador de Telegram, Pavel Durov, ha enviado ondas de choque a través del mundo tecnológico. Esta acción marca un precedente significativo y envía un mensaje contundente a los líderes tecnológicos de que ya no están exentos de las repercusiones legales y políticas.



El arresto de Durov ha sido interpretado por muchos como una advertencia clara para los titanes de la tecnología, sugiriendo que incluso aquellos que han creado plataformas influyentes y globalmente utilizadas no están por encima de la ley. Esta situación plantea preguntas fundamentales sobre el papel y la responsabilidad de los líderes tecnológicos en la sociedad moderna.



Telegram, una plataforma de mensajería conocida por su enfoque en la privacidad y la seguridad, ha sido un bastión para aquellos que valoran la comunicación cifrada y sin censura. Sin embargo, este mismo compromiso con la privacidad ha atraído la atención no deseada de varios gobiernos que buscan regular y controlar el flujo de información. La detención de Durov puede verse como un intento de estos gobiernos de afirmar su autoridad y de recordar a las empresas tecnológicas que deben cumplir con las leyes locales, independientemente de su filosofía corporativa.



El impacto de esta detención no se limita a Telegram. Otros líderes tecnológicos, especialmente aquellos que operan en áreas sensibles como la privacidad, la seguridad y la libertad de expresión, están reevaluando sus estrategias y posiciones. La noción de que las figuras prominentes en la tecnología podrían ser detenidas por sus acciones o por las políticas de sus empresas genera un clima de incertidumbre y precaución.



Además, este acontecimiento subraya la creciente tensión entre las empresas tecnológicas y los gobiernos. Mientras que las primeras abogan por la innovación y la libertad digital, los segundos buscan mantener el control y la seguridad nacional. La detención de Durov simboliza este conflicto y podría ser el catalizador de una serie de medidas regulatorias más estrictas a nivel global.



Los expertos en tecnología y derecho coinciden en que este caso podría tener ramificaciones duraderas. Es probable que veamos un aumento en las discusiones sobre la necesidad de un equilibrio entre la privacidad del usuario y la seguridad estatal. Asimismo, las empresas tecnológicas podrían enfrentar una presión creciente para colaborar con las autoridades, lo que podría poner en riesgo su atractivo entre los usuarios que valoran la privacidad.



En este contexto, los líderes tecnológicos deben ser más conscientes que nunca de las implicaciones legales y políticas de sus decisiones. La detención de Durov es un recordatorio de que la innovación y el liderazgo en el sector tecnológico no están exentos de responsabilidades. Es fundamental que estas figuras adopten un enfoque proactivo en la gestión de sus relaciones con los gobiernos y en la comprensión de las leyes locales e internacionales.



La comunidad tecnológica global observa de cerca el desarrollo de esta situación. Algunos ven la detención de Durov como una advertencia severa, mientras que otros la interpretan como una oportunidad para reflexionar sobre el poder y la responsabilidad de las empresas tecnológicas. En cualquier caso, está claro que los líderes tecnológicos ya no pueden asumir que están inmunes a las acciones legales y políticas.



En última instancia, el arresto del fundador de Telegram podría ser un punto de inflexión en la relación entre la tecnología y la regulación gubernamental. A medida que los gobiernos buscan establecer controles más estrictos, las empresas tecnológicas deben navegar un terreno cada vez más complejo y regulado. La detención de Durov es un recordatorio poderoso de que la era de la inmunidad para los líderes tecnológicos puede haber llegado a su fin.



En conclusión, la reciente detención del fundador de Telegram, Pavel Durov, ha enviado un mensaje claro y contundente a los líderes tecnológicos de todo el mundo: ya no se sentirán inmunes. Esta acción no solo afecta a Telegram, sino que también resuena en todo el sector tecnológico, subrayando la necesidad de un equilibrio entre la innovación y la responsabilidad legal. Los líderes tecnológicos deben estar preparados para enfrentar un entorno regulatorio más estricto y para asumir un papel activo en la gestión de sus relaciones con los gobiernos. La detención de Durov es una advertencia única que podría redefinir la dinámica entre la tecnología y la regulación en los años venideros.


EL PAÍS

**Pável Dúrov**, fundador de **Telegram**, fue finalmente imputado formalmente este miércoles por la justicia francesa. Los varios cargos van del **blanqueamiento de crímenes** a **complicidad en la difusión de imágenes pedófilas** y todos se basan en no haber controlado presuntas actividades delictivas que ocurrían en la plataforma y no haber colaborado con las autoridades.

El movimiento francés es una nueva evolución en el acecho a las **plataformas de internet** y el contenido que permiten: acusar penalmente al presidente ejecutivo de lo que los usuarios hacen en su app marca una nueva era. Los cargos que afronta Dúrov, en libertad bajo fianza de 5 millones de euros y la prohibición de salir de Francia, podrían sumar hasta 10 años de cárcel. Dúrov, de 39 años, tiene pasaportes ruso, francés y emiratí.

**EL PAÍS** ha consultado a seis académicos europeos que han investigado Telegram acerca de su opinión de los cargos y otros arrestos similares en el futuro. Sin entrar a valorar con detalle el valor de la decisión jurídica, hay un consenso claro sobre las actividades oscuras que Telegram permite y que es un cambio de era para la actitud de estas compañías con las autoridades, sobre todo en Europa. “Es la primera vez que vemos detenido a un presidente ejecutivo de una gran plataforma no específicamente dedicada al crimen”, dice Aleksandra Urman, investigadora de la Universidad de Zúrich. “Otros podrán sentir que ya no son inmunes a ser considerados personalmente responsables por lo que ocurre en sus plataformas”, añade.

La detención, interrogatorio y acusación de Dúrov es una advertencia sobre las consecuencias que puede tener la manga ancha, sin que las líneas rojas estén muy claras. El antecedente más importante es **Silk Road**, el Amazon de las drogas de principios de la década pasada. Su creador, **Ross Ulbricht**, fue detenido por el FBI en 2013 y cumple cadena perpetua en EE UU. Telegram es obviamente muy distinto, pero búsquedas simples como “Madrid comprar” o “Barcelona comprar” producen multitud de canales para comprar drogas.

Captura de pantalla de los primeros canales que aparecen en Telegram cuando se busca «madrid comprar», sin especificar qué. Dos gramos de cocaína «boliviana» sale por 200 euros, 5 gramos, 350 euros.

“Si las preguntas son si se distribuyó **pornografía infantil** en la plataforma, si se usó para la comunicación de bandas criminales organizadas o si se usó para vender drogas, la respuesta a las tres es sí. También está bastante claro que la plataforma no ha hecho lo suficiente para combatir estos problemas”, añade Urman, que ha investigado las sombras de la plataforma.

Las actividades que Telegram permite son en realidad un secreto a voces en algunos países europeos. Aunque la sorpresa inicial por la decisión francesa de detener a un millonario, los motivos detrás y el malestar con Telegram era evidente: “El **servicio de inteligencia alemán** está muy al tanto de la evidencia”, dice Maximilian Zehring, investigador de la Universidad Técnica de Ilmenau (Alemania). “Saben lo que está pasando, conocen las pruebas, pero las acciones concretas o no son posibles, debido a la falta de respuesta de Telegram, o van demasiado lentas. Veremos cómo evoluciona, pero lo que pasa en Telegram ha sido un secreto a voces”, explica Zehring.

La nueva legislación europea es uno de los motivos por los que los líderes tecnológicos tendrán que ir con más cuidado con lo que ocurre en sus plataformas: “Debería quedar claro para los líderes de otras plataformas que los estados en Europa están tomando más en serio su responsabilidad y buscan responsabilizar a los dueños por no cumplir con las leyes o por no erradicar el comportamiento delictivo en sus plataformas”, dice Tanya Lokot, profesora de la Universidad Ciudad de Dublín (DCU en sus siglas en inglés).

Aunque es difícil pensar por ahora en futuros arrestos de figuras concretas, la sensación de que sobre todo en Europa las cosas han cambiado es inevitable. “Puede pensarse que la detención, seguida de una gran cobertura mediática, tenía como objetivo hacer que los líderes de las plataformas se tomen en serio las regulaciones del **DSA** y **TCO** [siglas en inglés de la Ley de Servicios Digitales y la regulación del Contenido Terrorista Online, ambas europeas]. En nuestro trabajo en el proyecto de investigación **TATE** [Tecnología en Contra del Terrorismo en Europa], he escuchado a pequeños proveedores de plataformas decir que ya sentían cierta presión por estas nuevas regulaciones incluso antes de la detención [de Dúrov]”, explica Heidi Schulze, investigadora de la Universidad de Munich.

Palabra de fiscal

En su informe sobre Dúrov, la fiscal de la República francesa, **Laure Beccuau**, explica cómo la aparición de Telegram en distintos casos abiertos sobre “pedofilia, tráficos y odio online” y la “casi total” falta de respuesta de la compañía, les llevó a abrir la investigación en febrero de 2024. Es todo muy reciente. Francia además consultó su preocupación con otros países europeos, que compartieron su preocupación, “sobre todo Bélgica”, añade.

Europa también lleva años sintiéndose despreciada por plataformas que tienen su sede en otros países, sobre todo en EE UU. Aunque Telegram esté en **Dubai**, su desafío a la hora de colaborar ha sido incluso mayor. “A diferencia de **Silicon Valley**, donde los gigantes tecnológicos suelen ser más cooperativos y son responsabilizados regularmente por contenido problemático, el caso de Dúrov resalta las posibles consecuencias de desafiar las reglas”, dice Mónika Simon, investigadora de la Universidad de Amsterdam.

“No me sorprendería si lo mismo le sucediera a otros líderes que se nieguen a colaborar con las solicitudes de las fuerzas del orden”, dice Savvas Zannettou, profesor de la Universidad Tecnológica de Delft (Holanda). “La UE quizá esté tratando de mostrar a otros líderes que, si no toman esto en serio o no cooperan, podrían afrontar consecuencias, siendo ellos responsables del daño que pueda surgir del uso de sus servicios”, añade.

El foco está hoy sobre Telegram, pero no es obviamente el único lugar lleno de sombras de internet. De momento, la diferencia está en los esfuerzos de colaboración, pero el panorama digital sigue creciendo con cada vez más oferta: “¿Es Telegram la única plataforma donde se venden drogas o se difunde pornografía infantil? La respuesta es definitivamente no. Lo mismo ocurre en **Instagram**, **Facebook**, **WhatsApp** o **X** [antes Twitter], aunque la escala puede variar”, dice Urman. “El uso de estas otras plataformas por el público en general en la UE sea simplemente mucho mayor, por lo que, mientras que Telegram podría ser vista como una plataforma ‘principalmente de drogas, discursos de odio y otros crímenes’ en la UE, otras plataformas serían vistas como ‘principalmente comunicación normal, y algo de crimen’. Las otras plataformas son también más transparentes sobre sus prácticas de moderación”, añade.

Este caso debe tener en cuenta que la acción francesa no está libre de riesgos: el revuelo y la atención mediática han convertido a Dúrov en una figura que puede pretender erigirse como mártir de la **libertad de expresión** y de los gobiernos sobreprotectores. “No estoy tan segura de que arrestar a Dúrov haya sido una decisión acertada, ya que la percepción del público, que está acostumbrado a ver a Dúrov como un defensor de la libertad de expresión, podría afectar cómo ven las acciones de Francia como anti-libertad de expresión, sin importar cómo de sólidas sean legalmente las acusaciones”, dice Tanya Lokot.

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