Zonas de Bajas Emisiones: Una Medida Necesaria para Combatir la Contaminación
Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) se están convirtiendo en una realidad cada vez más común en España. Desde el 1 de enero de 2023, es obligatorio su implementación en ciudades con más de 50.000 habitantes y en aquellas con más de 20.000 habitantes que enfrentan problemas de contaminación significativos. Aunque pueda parecer una medida reciente, lo cierto es que este concepto lleva casi tres décadas en existencia.
Se espera que existan unas 507 ZBE en Europa para 2025
La lucha contra la contaminación vehicular no es un fenómeno nuevo. En el pasado, Estados Unidos ya imponía normativas estrictas sobre emisiones, obligando a realizar modificaciones en los coches para cumplir con los estándares. Era común que las versiones americanas de ciertos vehículos tuvieran una reducción de potencia, notable en coches de 150 CV o menos.
En 2022, había más de 320 ZBE en la Unión Europea, y se espera que ese número alcance las 507 para 2025. La implementación de estas zonas depende en gran medida de los municipios. Por ejemplo, ciudades como Jerez de la Frontera ya cuentan con más de 200.000 habitantes y una ubicación definida para una ZBE en el centro, pero aún no la han implementado. La pregunta es, ¿quiénes fueron los primeros en Europa en adoptar esta medida?
Estocolmo fue la pionera allá por 1996
La respuesta es Estocolmo, donde se estableció la primera ZBE en 1996, limitando el uso de vehículos pesados y autobuses con motores diésel. Este modelo ha sido seguido por otras ciudades como Madrid Central. Según el último estudio del Arval Mobility Conservatory, el tráfico es la principal fuente de contaminación en ciudades de todo el mundo, contribuyendo al 25% de las partículas en suspensión. Le siguen la combustión y la agricultura con un 22%, y la quema de combustible para uso doméstico con un 20%.
Hubo que esperar hasta 2008 para ver ZBE en grandes ciudades europeas como Londres o Berlín. Al igual que en Estocolmo, estas ZBE inicialmente se centraron en limitar el uso de vehículos pesados y autobuses con motores diésel, así como vehículos muy antiguos, en el caso de Berlín. Más tarde, otras ciudades como Lisboa, Oslo, Ámsterdam, Milán y Madrid también adoptaron estas medidas. Las ventajas principales incluyen reducciones medias de NO2 en un 4%, PM10 en un 7% y una disminución de las enfermedades cardiovasculares en las áreas donde se han implementado.
Un 29% de los vehículos en España sigue sin tener distintivo medioambiental
En las ZBE solo pueden circular vehículos que tengan el distintivo de la DGT, ya sea C, B, Eco o 0. El problema es que casi una tercera parte de los vehículos en España, un 29%, no cuenta con este distintivo, lo que refleja el envejecimiento del parque automovilístico del país. Los coches con Etiqueta Eco o 0 (que incluyen coches GLP, híbridos, microhibridados, híbridos enchufables, eléctricos y eléctricos de autonomía extendida) representan apenas un 6% del total en el mercado español.
El establecimiento de ZBE en España y Europa es una medida crucial en la lucha contra la contaminación. A medida que más ciudades adoptan estas zonas, se espera una mejora significativa en la calidad del aire y en la salud pública. Las experiencias de ciudades pioneras como Estocolmo, Londres y Berlín ofrecen un modelo a seguir para otros municipios que buscan reducir sus niveles de contaminación y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.