Lentamente, pero la maquinaria de la justicia se sigue moviendo. El fiscal especial Jack Smith ha conseguido que otro gran jurado vuelva a imputar por cuatro presuntos delitos a Donald Trump en el caso federal de Washington por interferencia en el resultado de las elecciones de 2020, que perdió frente a Joe Biden. La nueva imputación, por los mismos cuatro delitos, se ciñe a lo que el fiscal considera que no son actos oficiales cubiertos por la amplia inmunidad que el Tribunal Supremo reconoció a Trump tras un recurso contra la imputación inicial. El expresidente considera “ridícula” la nueva acusación.
La nueva acusación figura en un escrito de 36 páginas registrado este martes ante el juzgado, que elimina algunos aspectos del original, de 45 páginas. Por ejemplo, desaparece el exabogado del Departamento de Justicia Jeffrey Clark como coconspirador no identificado y no acusado en el caso. El Tribunal Supremo dictó que las conversaciones de Trump con funcionarios del Departamento de Justicia estaban protegidas de enjuiciamiento por la inmunidad presidencial y todo lo relacionado con las interacciones de Trump para movilizar a dicho departamento en apoyo de sus tesis queda excluido en la nueva imputación.
Sí se mantienen las acusaciones de que Trump intentó presionar al entonces vicepresidente, Mike Pence, para que se negara a certificar el recuento de votos electorales. La sentencia del Tribunal Supremo estableció que las interacciones entre Trump y Pence equivalían a una conducta oficial por la que “Trump es al menos presuntamente inmune a la acusación”, pero la acusación podría desvirtuar “esa presunción de inmunidad”.
“La sustitución de la acusación, que se presentó ante un nuevo gran jurado que no había oído previamente pruebas en este caso, refleja los esfuerzos del Gobierno por respetar y aplicar las sentencias del Tribunal Supremo y las instrucciones de devolución en el caso Trump contra Estados Unidos”, indica un escrito registrado por el fiscal ante el juzgado de Tanya Chutkan, la encargada del caso. El fiscal considera que actos como las presiones a los cargos estatales para que propalasen falsas reclamaciones por fraude electoral y los intentos de alterar el resultado en varios Estados no están cubiertos por la doctrina de la inmunidad del Supremo al no estar relacionados con las responsabilidades presidenciales.
La defensa de Trump probablemente se oponga a esta nueva imputación y dispute la tesis de que respeta los criterios dictados por el Tribunal Supremo en su sentencia del pasado 1 de julio, como ha anticipado el expresidente en su red social, Truth. El ilegalmente nombrado ‘fiscal especial’ Jack Smith, ha presentado una ridícula nueva Acusación contra mí, que tiene todos los problemas de la antigua Acusación, y debería ser desestimada INMEDIATAMENTE. Su Caso de Engaño de Documentos de Florida ha sido completamente desestimado. Esto es simplemente un intento de INTERFERIR CON LAS ELECCIONES, y distraer al Pueblo Americano de las catástrofes que Kamala Harris ha infligido a nuestra Nación, como la Invasión Fronteriza, el Crimen Migrante, la Inflación Descontrolada, la amenaza de la Tercera Guerra Mundial, y más…”, ha escrito con su habitual estilo de usar las mayúsculas para poner énfasis en parte de sus mensajes.
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El fiscal acusa de nuevo al expresidente de cuatro delitos: conspiración para defraudar al Gobierno estadounidense, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción o intento de obstrucción de un procedimiento oficial y conspiración para violar derechos civiles. Trump sostiene que le robaron las elecciones, pero el fiscal no lo acusa por ese gran bulo sin fundamento, sino por sus actos para alterar el resultado e impedir la certificación de la victoria de Joe Biden. Con respecto a la primera acusación, el nuevo documento adelanta un día la fecha en la que los fiscales consideran que comenzó la conspiración de Trump para permanecer en el cargo, hasta el 13 de noviembre de 2020.
El fiscal especial Jack Smith reactiva la acusación por la interferencia electoral un día después de recurrir el archivo del otro caso del que se encarga, el de los papeles de Mar-a-Lago. En este último, Trump está acusado de decenas de delitos de retención de secretos de la defensa y de obstrucción a la justicia por llevarse documentos clasificados al irse de la Casa Blanca. Los dos casos avanzan lentamente y, al depender del Departamento de Justicia, Trump podría lograr que se abandonen las acusaciones si vuelve a la Casa Blanca. El expresidente tiene pendiente otro caso en Georgia, también algo atascado, por sus intentos de robar las elecciones en dicho Estado.
Las maniobras legales de la defensa del expresidente para retrasar los juicios contra él le han ido dando resultado, con la excepción del caso de Nueva York, donde fue declarado culpable de 34 delitos por un jurado y está a la espera de sentencia —que también ha conseguido retrasar, gracias a la sentencia del Supremo—.
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