Un juez de instrucción prolongó este domingo la detención en Francia del fundador y consejero delegado de Telegram, Pável Dúrov, informaron medios locales citando a fuentes próximas al caso. El magistrado emitió la orden tras tomar declaración a Dúrov, detenido en la noche del sábado después de aterrizar en un avión privado procedente de Azerbaiyán en el aeropuerto de Le Bourget, al norte de París.

El millonario ruso, residente en Dubái, es objeto de varios procedimientos legales en Francia por no actuar para evitar la criminalidad organizada en su red social y no colaborar con las autoridades que investigan esos delitos. La falta de moderadores en la plataforma, donde se produce tráfico de drogas, fraudes con criptomonedas o apología del terrorismo, está en el centro de la detención de Dúrov, originario de San Petersburgo y con doble nacionalidad franco-rusa.

“La custodia policial continúa el lunes,… y puede durar hasta cuatro días”, ha informado el canal Franceinfo, citado por Reuters. Las autoridades francesas aún no han confirmado oficialmente la detención de Dúrov. Una fuente policial informó a Reuters de que Dúrov fue detenido porque sobre él pesaba una orden de detención. Una unidad de gendarmería de ciberseguridad y la unidad nacional de policía antifraude están dirigiendo la investigación, según la misma fuente.

“El CEO de Telegram, Pável Dúrov, no tiene nada que ocultar y viaja frecuentemente por Europa. Es absurdo que una plataforma o su propietario sean responsables por los abusos en su plataforma”, dijo la compañía en un comunicado.

“Esperamos una rápida resolución de esta situación”, añadió la compañía, que afirma que, además de que sus mensajes son seguros por su encriptación, no recoge ni desvela información sobre sus usuarios. Telegram aseguró que la compañía cumple las normas de la UE y que su sistema de moderación “se ajusta a los estándares del sector y mejora constantemente”.

Telegram, con sede en Dubái, fue fundada por Dúrov, que abandonó Rusia en 2014 tras negarse a cumplir las exigencias de cerrar las comunidades de la oposición en su plataforma de medios sociales VK, que después vendió.

Dúrov, que según Forbes tiene una fortuna de 15.500 millones de dólares (casi 14.000 millones de euros), dijo que algunos gobiernos habían intentado presionarle, pero que la aplicación, que cuenta ya con 900 millones de usuarios activos, debía seguir siendo una “plataforma neutral” y no un “actor en la geopolítica”.

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