Alvin Attles, una figura legendaria de los Golden State Warriors y miembro del Salón de la Fama de la NBA, falleció a la edad de 87 años, según anunció el equipo el miércoles. Attles tuvo una carrera notable en la NBA, que abarcó varias décadas y desempeñó diversos roles dentro de la organización de los Warriors.
Nacido el 7 de noviembre de 1936, en Newark, Nueva Jersey, Alvin Austin Attles Jr. se convirtió en un nombre fundamental en el baloncesto profesional. Fue seleccionado por los Warriors en el ‘draft’ de 1960 cuando el equipo estaba todavía afincado en Philadelphia. Dos años después, fue parte del traslado de la franquicia a la Bahía de San Francisco, donde se convertiría en un pilar de la comunidad.
Durante sus 11 temporadas como jugador, Attles promedió 8,9 puntos, 3,5 rebotes y 3,4 asistencias. Pero su impacto iba más allá de las estadísticas. Su número ’16’ cuelga del techo del Chase Center en San Francisco, California, un recordatorio permanente de su contribución a la franquicia y al deporte.
En la última de sus 11 temporadas como jugador, la 1970-1971, Attles asumió un doble papel como jugador y entrenador. Continuó como entrenador hasta 1983, y durante ese tiempo, llevó a los Warriors a ganar un anillo de la NBA en 1975.
Más que un jugador y entrenador, Attles fue una figura querida en la Bahía de San Francisco. Los Warriors emitieron un comunicado en el que reconocieron su profundo legado: «Alvin deja un profundo legado en el mundo del baloncesto y en la comunidad del área de la Bahía, pero especialmente como hombre de familia y ser humano. Lloramos su pérdida junto a su esposa, Wilhelmina, su hijo Alvin, y todos aquellos que lo conocieron y amaron».
Después de su carrera como entrenador, Attles continuó con los Warriors en diferentes roles hasta su muerte. Para los Warriors y los fanáticos del baloncesto en general, la muerte de Attles marca el final de una era. Sin embargo, su legado y su influencia continuarán viviendo.
Si bien la pérdida de Attles es sin duda un golpe para los Warriors y la comunidad de la NBA, el legado que deja es incuestionable. Como jugador, entrenador y líder, Attles representó lo mejor del baloncesto y dejó una huella indeleble en la franquicia de los Warriors y en el deporte en general.
El legado de Attles también se puede ver en el impacto que tuvo en las vidas de aquellos fuera de la cancha. Fue un pilar en la comunidad del área de la Bahía, y su influencia se extendió mucho más allá del baloncesto.
Alvin Attles fue un verdadero gigante en el mundo del baloncesto, y su vida y carrera son dignas de ser celebradas. Su pérdida será sentida por muchos, pero su legado perdurará.