El Athletic Club de Bilbao, uno de los equipos más emblemáticos de la Primera División española, marcó un hito recientemente tras una larga sequía de logros. Tras cuarenta años sin ganar un título, el club celebró de una manera especial que refleja la estrecha relación entre el fútbol y la espiritualidad. Esta celebración tuvo lugar en la Basílica de Nuestra Señora de Begoña, donde jugadores, cuerpo técnico y miembros de la junta directiva acudieron para entregar una ofrenda floral y ofrecer el título a la Patrona de Vizcaya, en una tradición que data de muchos años atrás.
Según el sacristán Enrique Franco, esta tradición es más que una simple celebración religiosa, es sagrada. Hace hincapié en que el fútbol siempre ha tenido un toque místico y espiritual que lo hace especial, especialmente cuando hay un título en juego. Sin embargo, también señala que la intervención divina no es suficiente para garantizar la victoria en el campo, sino que también se requiere esfuerzo y buen juego.
En España, país con una larga historia de catolicismo, es común que los clubes de fútbol tengan una relación institucional con alguna entidad religiosa. De hecho, 14 de los 20 clubes de la máxima categoría del fútbol español mantienen algún tipo de relación con alguna entidad religiosa cercana. Esta relación a menudo se manifiesta en actos como las ofrendas florales y la presencia de capellanes en los clubes.
Uno de estos capellanes es Álvaro Almenar, vicerrector de la Basílica de la Virgen de los Desamparados y capellán oficial del Valencia C.F. Almenar habla apasionadamente sobre la relación entre el club y la Virgen de los Desamparados, y destaca la emoción que se siente cuando el club logra un título.
En el otro extremo del país, en Barcelona, la relación entre la religión y el fútbol también es palpable. Desde la construcción del Camp Nou en 1957, los pasillos que conducen a los vestuarios albergan una pequeña capilla con la imagen de la Virgen de La Moreneta, patrona de Cataluña. Esta capilla ha sido testigo de muchas victorias del club, y se ha convertido en un lugar de peregrinación para los aficionados del Barça.
En resumen, aunque los datos indican que el número de creyentes en España está disminuyendo, la relación entre el fútbol y la espiritualidad sigue siendo fuerte. El fútbol sigue siendo un deporte profundamente arraigado en la sociedad española, y las tradiciones religiosas que lo rodean siguen siendo una parte integral de su identidad. Sin embargo, es importante recordar que, al final del día, el fútbol es solo un juego, y que la victoria en el campo requiere más que la intervención divina: también se necesita esfuerzo, habilidad y trabajo en equipo.