De la desorden a la victoria: Chicago refleja los altos y bajos del Partido Demócrata en las Elecciones de EE.UU.

EL PAÍS

«Chicago es mi tipo de ciudad», sonaba en la voz de Frank Sinatra, y parece que también es el tipo de ciudad para el Partido Demócrata. Esta gran metrópolis del Medio Oeste estadounidense ha sido testigo de importantes momentos en la historia del partido. En 1896, William Jennings Bryan se convirtió en el candidato presidencial más joven de la historia a sus 36 años, por sus discursos populistas contra los magnates de finales del siglo XIX. Fue también en Chicago donde Franklin Roosevelt dio a luz al New Deal en la convención de 1932, allanando el camino a una era dorada para los demócratas.

Sin embargo, también fue el escenario de una de las convenciones más conflictivas del partido en 1968, en medio de protestas contra la guerra de Vietnam y una lucha interna que llevó a los demócratas a una contundente derrota en las urnas. No podemos olvidar tampoco la convención de 1996, donde Bill Clinton encantó a los suyos al ritmo de la Macarena, en su camino hacia un segundo mandato.

Este lunes, Chicago dio la bienvenida de nuevo a los más de 4.500 delegados del Partido Demócrata llegados de todo el país para la aclamación de la candidata Kamala Harris. A su lado en la papeleta se encuentra Tim Walz, gobernador de Minnesota. Esta convención representa un escenario que habría sido impensable hace solo cuatro semanas y un día, cuando Joe Biden anunció que renunciaba a perseguir la reelección y apoyó a Harris como su relevo.

El presidente de Estados Unidos y su legado fueron los grandes protagonistas de la primera de las cuatro jornadas de la Convención Nacional Demócrata (DNC). Biden planea desaparecer durante el resto de la semana para ceder el timón a los nuevos capitanes del partido.

La ciudad se despertó con decenas de calles cortadas y los hoteles llenos, preparándose para recibir a cerca de 50.000 personas, entre compromisarios, periodistas, voluntarios, celebridades de Hollywood y personalidades de las redes sociales. También se desplegó un contingente policial extraordinario, listo para enfrentar las protestas convocadas por diferentes motivos, desde el cambio climático a la marcha de la economía, pero especialmente por la guerra de Israel en Gaza.

El alcalde, Brandon Johnson, destacó en una conferencia de prensa que los policías de su ciudad han recibido cursos intensivos en «tácticas de desescalada» de la violencia. La ciudad, dijo, es «realmente buena en este tipo de cosas». La meta para Chicago es evitar el caos de 1968, cuando estudiantes como el historiador Michael Kazin fueron brutalmente hostigados por la policía.

Leon Braithwaite, vicepresidente del Partido Demócrata de Massachusetts, es un veterano en estas lides: ha asistido a 11 convenciones, incluyendo la de Clinton en 1996. Según él, los demócratas llegan a Chicago más unidos que nunca.

Harris y Walz tienen un apretado programa electoral que incluirá un mitin en Milwaukee, Wisconsin, un estado crucial para los resultados de las elecciones. Walz, por su parte, visitó las reuniones de los diferentes grupos dentro del partido para arengar a los delegados y enfatizar que hay mucho en juego esta semana.

«Quedan 78 días hasta que llegue un cambio generacional histórico [en las elecciones]», proclamó Walz. «Este es nuestro momento. Podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos. Trabajaremos duro. ¡Y ya descansaré cuando muera!». Sin duda, la expectativa es que Chicago vuelva a ser un talismán para el Partido Demócrata.

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