Las regiones del sur de Chile han registrado los menores niveles de malestar psicológico, ansiedad, soledad, insomnio y empeoramiento del estado de ánimo desde el inicio de la medición del Termómetro en 2020. Ñuble, Biobío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes han mostrado una disminución significativa en los principales síntomas de problemas de salud mental, según el «Termómetro de la Salud Mental en Chile Achs-UC».
El estudio, en su novena ronda, reveló que solo el 14,2% de los encuestados mostraron signos de probables problemas de salud mental, la tasa más baja registrada desde 2020. Esto se alinea con la disminución de los síntomas de ansiedad (19,1%), soledad percibida (18,3%), insomnio (8,4%), consumo problemático de alcohol (6%) y empeoramiento del estado de ánimo en relación con la situación previa a la pandemia (14,2%).
David Bravo, director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, atribuyó estos resultados a factores como los mayores niveles de ocupación e ingresos y los menores niveles de endeudamiento de los hogares. Sin embargo, el estudio también reveló que casi la mitad (47,3%) de los que se sospecha que tienen problemas de salud mental no sintieron la necesidad de buscar tratamiento, lo que representa a unas 200 mil personas.
La cifra es aún más alarmante en los encuestados que mostraron síntomas de depresión, con un 57,7% (aproximadamente 170 mil personas) que no buscaron ayuda. Además, el 41,7% de los que mostraron signos de ansiedad, equivalente a más de 105 mil personas, tampoco buscaron tratamiento.
Daniela Campos, jefa técnica de riesgos psicosociales de Achs Seguro Laboral, señaló que estas cifras reflejan la necesidad de seguir concientizando sobre la importancia y los beneficios de tratar estos problemas de salud mental. El estudio también reveló que el 71% de los encuestados en el sur de Chile indicaron que su situación mejoró después de recibir tratamiento, y el 77,3% expresó satisfacción con su profesional de salud mental.
Antonia Errázuriz, académica UC, confirmó que los resultados de esta ronda reflejan la alta valoración de las prestaciones en salud mental entre aquellos que logran acceder a ellas en el país. Según el estudio, antes del tratamiento, el 51% de los encuestados se consideraba muy o bastante mal, pero esta cifra disminuyó en 59 puntos después de recibir terapia.
Además, el estudio incorporó dos nuevos potenciales estresores a los que la población podría estar expuesta: el crimen organizado y el cambio climático. El 54,1% de los encuestados consideró al crimen organizado como un factor de estrés, superando por primera vez a la delincuencia (53,4%). El cambio climático fue mencionado por el 39,7% de los encuestados, seguido por las proyecciones económicas (36%) y los cambios sociopolíticos en el país (34,5%). La pérdida de empleo (14,4%) y el contagio de Covid-19 (10,7%) también fueron identificados como causas de estrés.