El informe de cuentas nacionales publicado recientemente por el Banco Central de Chile revela un crecimiento económico durante el segundo trimestre, aunque a un menor ritmo que el registrado en el primer trimestre del año. El Producto Interno Bruto (PIB) de Chile creció un 1,6% entre abril y junio, en comparación con el crecimiento de 2,5% en el primer trimestre, cifra que fue revisada dos décimas al alza.
El crecimiento económico se debió principalmente a las actividades de minería, comercio y transporte, mientras que las actividades de servicios empresariales, agropecuario-silvícola y pesca presentaron las principales incidencias negativas. En términos desestacionalizados, el PIB cedió un 0,6% respecto al trimestre anterior, reflejándose en caídas en la minería, los servicios empresariales y la industria manufacturera.
El informe también destaca que, desde la perspectiva del gasto, el crecimiento del PIB se apoyó en un mayor nivel de exportaciones. Sin embargo, la demanda interna disminuyó, disminuyendo 1,4%, como resultado de una menor inversión.
El consumo de los hogares registró una variación anual de 0,5%, liderada por el gasto en bienes durables, particularmente en productos tecnológicos y automóviles. El consumo de servicios también contribuyó al resultado, destacando el gasto en transporte y actividades culturales y de esparcimiento, efecto que fue compensado por un menor gasto en turismo.
El informe también revela que el consumo de gobierno aumentó 1,6% en el período, en línea con un incremento en los servicios de salud, aunque fue parcialmente compensado por menores servicios de educación. Por otro lado, la inversión retrocedió 8,7%, arrastrada por la formación bruta de capital fijo (FBCF) que decreció 4,1%.
El comercio exterior presentó resultados mixtos; las exportaciones de bienes y servicios crecieron 7,3% mientras que las importaciones cayeron 2,2%. Las exportaciones fueron lideradas por los envíos de bienes, en particular de productos mineros e industriales. En las importaciones de bienes se destacaron menores internaciones de productos industriales, mientras que las importaciones de servicios aumentaron.
El informe también indica que el ingreso nacional bruto disponible real no presentó variación en el segundo trimestre. Este resultado fue menor al registrado en el PIB y se debió, principalmente, a mayores rentas pagadas al exterior. El ahorro bruto total ascendió a 21,2% del PIB en términos nominales, compuesto por un ahorro nacional de 18,9% del PIB y un ahorro externo de 2,3% del PIB, correspondiente al déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos.
En cuanto a los sectores de actividad, la minería registró una variación de 5,5%, impulsada principalmente por una mayor producción de minerales no metálicos y de cobre. No obstante, la extracción de hierro se redujo. La minería no metálica fue impulsada, principalmente, por el carbonato de litio.
El sector agropecuario-silvícola retrocedió 3,8%, resultado explicado por una menor actividad frutícola, compensado parcialmente por el desempeño de las actividades silvícola y ganadera. La industria manufacturera anotó una variación de 0,6%, destacándose las contribuciones de las actividades de elaboración de químicos, petróleo, caucho y plástico y de celulosa, papel e imprenta.
Finalmente, otro de los sectores que reportó un crecimiento fue el comercio, que aumentó 4,2%, impulsado por las ventas mayoristas y, en menor medida, por las minoristas, aunque el comercio automotor retrocedió.