El debate sobre la extensión del permiso postnatal en Chile a un año ha tomado fuerza en los últimos días. La Cámara de Diputados ha desafiado al Ejecutivo y declaró admisible este proyecto. Aunque puede traer consigo beneficios significativos para la conexión entre la madre y su bebé, la iniciativa también plantea posibles riesgos económicos, laborales y constitucionales.
En medio de esta discusión, la propuesta de extender el postnatal a un año ha generado debates sobre su viabilidad, recomendación y las implicancias económicas que conlleva tal iniciativa. A pesar de no tener la facultad constitucional debido a que la propuesta implica un gasto fiscal, la Cámara de Diputados declaró el 13 de agosto que el proyecto es admisible y procederá a su tramitación.
Actualmente, las madres tienen un permiso exclusivo de 12 semanas de postnatal. El siguiente período, conocido como permiso postnatal parental, puede extenderse 12 semanas a tiempo completo o 18 semanas a tiempo parcial. Aquí, la madre puede ceder hasta seis semanas al padre. La iniciativa propone que el permiso postnatal parental dure 40 semanas (o 46 si es en jornada parcial).
Al analizar esta propuesta, es crucial considerar varios factores. Los beneficios para las madres y los bebés, la salud mental, el gasto fiscal que implica y la protección al empleo femenino son algunos de los puntos clave.
Desde la perspectiva de la salud mental perinatal, el postnatal «es una medida prioritaria y absolutamente necesaria para fortalecer no solo el vínculo afectivo, sino también proporcionar todas las condiciones para que esa madre esté maternando de forma tranquila, disminuyendo los niveles de ansiedad y poder lograr las tasas de lactancia materna que desde la OMS se recomiendan», según Yanira Madariaga Baeza, académica de la carrera de Obstetricia de la UNAB de Viña del Mar.
Madariaga agregó que en Chile, el postnatal dura cinco meses y medio, pero la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses. Si se extiende el postnatal a un año, se garantiza que, en términos nutricionales, de calidad de vida, de vínculo afectivo y del apego que desarrolla el bebé hacia sus figuras de cuidado, se establecen las bases de una salud mental de mejor calidad en la niñez, la adolescencia y la adultez.
En cuanto a la reincorporación al trabajo, un postnatal prolongado podría disminuir los niveles de ansiedad y estrés. Sin embargo, el temor a alejarse del mercado laboral podría aumentar estos niveles. Madariaga enfatizó que esto tiene que ver con el derecho de las mujeres madres a elegir sus trayectorias. «Algunas van a querer volver a los seis meses, otras van a querer volver a los ocho meses, pero que sea una decisión de las madres y no que el sistema te obligue a tener que volver cuando tú no quieres hacerlo», dijo.
Madariaga sostuvo que aunque algunas mujeres podrían pensar que un postnatal prolongado las aleja del mercado laboral, para muchas, las experiencias de maternidad también las llevan a explorar otras perspectivas laborales profesionales.
La académica de la UNAB de Viña del Mar argumentó que permitir a las mujeres elegir el tiempo que desean cuidar a sus hijos es una política pública preventiva y de promoción de la salud.
En otros países, principalmente europeos, se han implementado postnatales prolongados. Suecia tiene el postnatal más largo, con aproximadamente 16 meses, seguida por Alemania con 14 meses y Dinamarca con un año. Sin embargo, la extensión del postnatal puede presentar desafíos para el avance profesional de las mujeres, la oferta de empleo y la brecha salarial. Por lo tanto, es necesario establecer medidas de protección al empleo femenino.
Gonzalo Martner, académico de la USACH y experto en política económica, afirmó que la extensión del postnatal probablemente no afectaría la oferta, pero sí la demanda de contratación y la continuidad de carrera en algunas profesiones. Por lo tanto, es necesario un acompañamiento adecuado en las empresas e instituciones, especialmente con respecto al trabajo a tiempo parcial y a distancia.
Además, el proyecto de ley requeriría un gasto fiscal. Martner explicó que para el sistema de financiamiento mediante subsidios, esto implicaría un mayor gasto.
A pesar de los beneficios que la extensión del postnatal puede aportar a la primera infancia, el punto más controversial de esta iniciativa es que requiere de gasto fiscal, lo cual interfiere con las facultades exclusivas del Gobierno de Gabriel Boric. A pesar de esto, la Cámara de Diputados declaró que el proyecto es admisible por 57 votos a favor, 18 en contra y seis abstenciones, desafiando al Ejecutivo. Sin embargo, para que esta propuesta se materialice, es necesario tener en cuenta que solo se podrá aprobar si cuenta con el patrocinio del Ejecutivo, según el académico de la USACH.