El panorama político chileno ha sido sacudido recientemente con la noticia de la confirmación por parte de la Contraloría del despido de Isabel Amor. Amor era la directora regional del Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (Sernameg) de la Región de Los Ríos. La noticia ha generado una serie de reacciones y ha llevado a Amor a considerar acciones legales. Sin embargo, ella ha declarado que no tiene ninguna intención de “pegarle al gobierno”.
El caso de la exdirectora ha ido escalando en la esfera política en la última semana. La principal razón que se ha dado para su destitución ha sido la “pérdida de confianza”, según el Ministerio de la Mujer. Esta afirmación ha causado revuelo y ha aumentado la atención sobre el caso.
Esta pérdida de confianza se originó después de que se diera a conocer un borrador de una entrevista que Amor había concedido a El Mercurio. En esta, se toca el tema de la condena de su padre, Manuel Amor Lillo. Amor Lillo, un médico cirujano, fue el encargado del hospital de campaña del Estadio Nacional. Aquí, fue vinculado con el secuestro de Luis Corvalán Castillo y, en una sentencia de la Corte Suprema, fue declarado cómplice de este delito.
En lo que respecta a las acciones legales que tomará por su despido, Amor ha indicado en una conversación con Chilevisión Noticias que tomará las acciones legales pertinentes, y mencionó que si esto implica ir a la Corte Interamericana, entonces así será. Esta declaración muestra su determinación para hacer frente a esta situación y buscar justicia.
A pesar de la situación, Amor ha aclarado que no es una “persona particularmente litigiosa”. Ha resaltado que su objetivo principal siempre ha sido trabajar por las mujeres de Ñuble y que su compromiso con esta causa sigue intacto a pesar de su despido.
Asimismo, ha querido dejar claro que su lucha no es con el gobierno. “Yo no tengo ningún problema con el gobierno, ni tengo intención alguna en pegarle al gobierno, en dañar al gobierno”, afirmó. Sus problemas, dice, se centran en su despido, el cual considera arbitrario y basado en cuestiones que van en contra de la ley.
Para Amor, el problema radica en el concepto de la exclusiva confianza, que describe como «una bolsa payaso donde cabe todo» y considera que esto está directamente mal. Esta declaración no solo apunta a su situación personal, sino que también pone en la mesa una crítica a la forma en que se manejan los despidos en el sector público.
La historia de Isabel Amor y su despido de Sernameg ha capturado la atención de la opinión pública y ha generado un debate en torno a las razones de su despido y las implicaciones políticas de la misma. Mientras tanto, Amor sigue firme en su compromiso con las mujeres de Ñuble y en su intención de buscar justicia por su despido.