La industria de la tecnología ha presenciado una serie de controversias, pero pocas han sido tan intrigantes como la que rodea a Windows 11, el sistema operativo más reciente de Microsoft. Desde que fue anunciado, el 24 de junio de 2021, ha habido un flujo constante de información contradictoria, polémicas y confusión. Apenas un día después de su lanzamiento, ya estábamos en medio de una serie de especulaciones y dudas sobre su rendimiento y características.
En las semanas y meses siguientes, la situación no mejoró. En lugar de aclarar las cosas, las versiones beta de Windows 11 parecían contradecir las especificaciones técnicas oficiales establecidas por Microsoft. La lista de hardware compatible, principalmente los procesadores, también fue cambiando, lo que aumentó aún más la confusión. Todo esto contribuyó a la percepción generalizada de que Windows 11 había tenido un comienzo complicado.
Una vez que fue lanzado al mercado y empezó a llegar a los primeros usuarios con sistemas compatibles, surgieron rápidamente soluciones no oficiales que permitían eludir los requisitos de Windows 11. Uno de los aspectos más discutidos fue la compatibilidad con TPM 2.0, una característica que dejó a muchos sistemas sin la posibilidad de actualizarse, a pesar de que eran capaces de soportar el nuevo sistema operativo.
Microsoft claramente no estaba satisfecha con la elusión de sus limitaciones y, según informes de XDA, ha decidido tomar medidas más severas para evitar la instalación de Windows 11 en sistemas que no cumplen con los requisitos mínimos. Han eliminado la posibilidad de utilizar el parámetro «/product server» al iniciar el instalador, que permitía omitir la revisión del hardware para confirmar su compatibilidad.
Este método para eludir los requisitos mínimos ha estado disponible durante un tiempo y el hecho de que fuera oficial demuestra que Microsoft contempla escenarios en los que es necesaria cierta flexibilidad. En otros casos, se ha descubierto que algunas versiones de Windows 11 omiten, por defecto, los requisitos mínimos. Esta característica permite a los usuarios evitar estos requisitos con un simple clic del ratón, algo que puede resultar sorprendente a primera vista.
Personalmente, entiendo y respeto la política de Microsoft de querer hacer que su sistema operativo sea lo más seguro posible. Es comprensible que quieran imponer ciertos requisitos en entornos corporativos, aunque creo que esa decisión debería depender en última instancia del responsable técnico de la infraestructura. Sin embargo, aplicar una política tan restrictiva al mercado doméstico me parece un error.