En la vasta y compleja saga de Tolkien, hay una escena que no solamente captura la esencia de la trilogía original de Peter Jackson, sino que también resuena profundamente en nuestro actual contexto de la industria automotriz. En este momento crucial, se forja la Comunidad del Anillo, formada por representantes de diversas regiones de la Tierra Media, unidos por un objetivo común: erradicar la oscuridad, representada por las nubes negras que amenazaban desde el cielo de Mordor. Parece una metáfora perfecta para el actual paisaje de la industria del motor, donde diversas alianzas se están formando para disipar las nubes negras de la contaminación y ayudar a forjar un futuro más sostenible.
No hay espadas, arcos o hachas en esta batalla. En cambio, la industria del motor se está uniendo para enfrentar el desafío de la transición hacia un futuro más limpio y sostenible. Este cambio no solo es fundamental para el año 2035, sino también para 2040 y más allá. Aunque la transición a los vehículos con motores eléctricos es esencial, no es viable si no se hace de manera escalonada. A pesar de las preocupaciones ambientales, existe un futuro para los motores de combustión.
Varios fabricantes han identificado las emisiones de CO2 y los gases de efecto invernadero como su principal enemigo. Estas alianzas están explorando diferentes alternativas para reducir las emisiones de los motores de combustión, incluso los que funcionan con hidrógeno. Podemos esperar seguir viendo cilindros, pistones y bielas en los motores de combustión interna, tanto en los motores tradicionales como en los sistemas híbridos.
Los avances tecnológicos seguramente harán que los coches suenen cada vez menos. No obstante, el sonido no desaparecerá por completo, ya que es parte de la «imperfección» del diseño y de la sincronización de las detonaciones en las cámaras de combustión.
Algunas de estas alianzas ya son bien conocidas. Por ejemplo, Toyota, Subaru y Mazda han unido fuerzas para desarrollar tecnologías más eficientes, aprovechando sus respectivas fortalezas en motores bóxer y rotativos. De manera similar, Renault y Geely se han aliado para crear motores de combustión más eficientes y sostenibles para el futuro.
Sin embargo, la transición a los vehículos eléctricos no está siendo tan rápida como se esperaba en 2021. Los altos precios, los tiempos de recarga largos, el fin de los subsidios en varios países y las preocupaciones sobre la vida útil de las baterías son algunos de los obstáculos que han frenado el avance de los coches 100% eléctricos y de los híbridos enchufables.
Por lo tanto, es probable que los coches de combustión sigan siendo una parte esencial del panorama automovilístico hasta 2035, y tal vez incluso hasta 2040. Ya sea a través de e-fuels, combustibles sintéticos, el desarrollo del hidrógeno o cualquier otra innovación, los coches de combustión jugarán un papel clave en la transición hacia un futuro más sostenible.
Esta lucha por un futuro más limpio y sostenible nos recuerda a la Comunidad del Anillo de Tolkien, unida por un propósito común en medio de la oscuridad. Al igual que en la saga, cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en esta batalla. ¿Quién sería en este paralelismo el equivalente a los orcos? Eso lo dejo a su interpretación.