Samsung muestra un dilema que afecta a todos: Iniciar la Inteligencia Artificial desde la nube o tu teléfono móvil | Tecnología

EL PAÍS

La revolución de la Inteligencia Artificial (IA) se va haciendo notar cada vez más en los dispositivos móviles de gama alta, dotándolos de capacidades como la generación y modificación de imágenes, eliminación de objetos en fotografías, redacción de textos y creación de vídeos. Esta tendencia, que viene pisando fuerte, pronto será una característica común en los modelos de teléfonos móviles más modestos.

Una de las grandes disyuntivas a las que se enfrenta la industria es decidir si procesar todas estas tareas en la nube o en el dispositivo en sí. Un ejemplo claro de esta situación es el de Samsung y sus últimos smartphones plegables, los Galaxy Z Fold 6 y Flip 6. La empresa coreana ha incorporado tareas basadas en inteligencia artificial en estos dispositivos, algunas de las cuales se procesan en el propio móvil, mientras que otras requieren de la nube para su ejecución.

Samsung ha especificado que las funciones que se procesan en la nube serán gratuitas hasta finales de 2025. Esta decisión se debe a que la empresa considera que no puede prever qué sucederá en el futuro con esta tecnología. Y es que, aunque pueda parecer sorprendente, el procesamiento de tareas de IA en la nube no es gratuito, sino que requiere de importantes recursos de computación y, por tanto, tiene un alto coste energético.

Según un estudio de la firma analista SemiAnalysis, una sola consulta a ChatGPT, una aplicación de IA desarrollada por OpenAI, podría costar alrededor de 36 céntimos de dólar. Este coste se incrementa cuando se trata de generar imágenes, ya que este proceso es más costoso en términos de procesamiento.

Ante la incertidumbre sobre si los usuarios de smartphones harán un uso intensivo de estas funciones de IA y el coste asociado a ello, Samsung ha decidido actuar con cautela. Según Patrick Chomet, responsable de Experiencia de Cliente en Samsung Electronics, en función de cómo se comporten los usuarios en los próximos dos o tres años, la empresa podrá tomar decisiones más fundamentadas. Una de las posibilidades que baraja es que algunas funciones de IA generativa requieran una suscripción en el futuro.

El procesamiento local de tareas de IA es otra opción que contemplan los fabricantes de smartphones. Este tipo de procesamiento se lleva a cabo con el hardware del propio dispositivo, incluyendo el procesador principal (CPU), el procesador gráfico (GPU) y una unidad especializada para funciones de IA (NPU). Este enfoque ofrece una mayor privacidad al usuario, ya que los datos no tienen que viajar a servidores externos, y permite que la IA funcione sin conexión a Internet.

Sin embargo, el procesamiento en la nube ofrece sistemas más potentes y, por tanto, una mayor precisión para ciertas tareas, como la generación de imágenes o de textos complejos. Ante esto, los fabricantes de smartphones tienen que decidir qué modalidad es la más adecuada para cada tarea.

Para Samsung, si el rendimiento del hardware del smartphone es suficiente, la función no se lleva a la nube. Así, en los Galaxy Z Fold 6 y Flip 6 el compositor de textos, para escribir un email o un post para redes sociales, trabaja localmente. Pero la generación de imágenes a partir de una fotografía o la traducción en tiempo real de una llamada necesitan procesamiento online.

El otro gran fabricante de smartphones, Apple, que ocupa el segundo lugar en el mercado actualmente, también se enfrenta a la misma disyuntiva. Al igual que Samsung, Apple opta por un enfoque híbrido entre procesamiento local y en la nube, enviando a esta última solo los datos esenciales para obtener el resultado, sin que la información se almacene ni sirva para entrenar a los algoritmos.

Además del rendimiento y la privacidad, el enorme gasto energético del procesamiento de la IA en la nube plantea otro dilema. Cuanto más se utiliza esta tecnología, más aumenta el consumo eléctrico y de agua para alimentar y refrigerar los servidores. Empresas como Google o Microsoft han reportado aumentos significativos en su consumo eléctrico en 2023, siendo la IA una de las principales responsables de este incremento.

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