La vicepresidenta Kamala Harris, enfrentó uno de sus desafíos más significativos como candidata demócrata en la actual campaña electoral de Estados Unidos, al presentar su primer discurso sobre propuestas de gobierno. El discurso, que tuvo lugar en Raleigh, Carolina del Norte, se enfocó en presentar su programa económico y en establecer su singularidad dentro de la Administración Biden. Con su plataforma, Harris busca atraer a la clase media y proyectar competencia y credibilidad en temas económicos, áreas en las que los demócratas son considerados débiles.
Harris prometió centrarse en crear oportunidades para la clase media, con el objetivo de construir lo que ella denomina una «economía de las oportunidades». Para sus primeros cien días en el Despacho Oval, Harris propone una serie de medidas, como una prohibición federal a la especulación con los precios de los alimentos, iniciativas para ayudar a los compradores de primera vivienda y hacer más asequibles los precios inmobiliarios, y medidas para reducir los costes médicos.
Entre las propuestas más destacadas de Harris se encuentra la construcción de tres millones de viviendas en cuatro años para hacer frente a los altos precios del sector inmobiliario, una aportación de 25.000 dólares a los compradores de primera vivienda y una subvención fiscal de 6.000 dólares por hijo recién nacido para las familias de bajos ingresos. En un país donde no existe la cobertura sanitaria universal, Harris también planea reducir el coste de los seguros médicos y extender a todo el país el límite de 35 dólares mensuales en copagos para la insulina.
La mayoría de las propuestas de Harris no son innovadoras, sino que amplían medidas populares ya implementadas o propuestas por la Administración Biden. Sin embargo, Harris se enfoca menos en los grandes proyectos de infraestructuras y más en medidas que puedan afectar directamente el bolsillo del estadounidense medio.
Durante su discurso, Harris también criticó a su rival, Donald Trump, al afirmar que él defiende a los millonarios. «Si quieren saber qué es lo que defiende un candidato, miren a quién defiende», argumentó. Harris sostiene que es hora de establecer un nuevo camino hacia adelante, uno en el que todos los estadounidenses tengan la oportunidad no solo de sobrevivir, sino de mejorar.
A pesar de las promesas, el programa de Harris no ofrece detalles sobre cómo se implementarán estas medidas. Por ejemplo, no explica cómo se evitaría la especulación en los precios de los alimentos o cuáles serían los niveles de ingresos que calificarían a una familia para recibir la subvención fiscal infantil.
Además, Harris no detalla cómo planea financiar estos nuevos programas. La campaña solo indica que se cubrirán los déficits presupuestarios «pidiendo a los estadounidenses más acomodados y a los gigantes empresariales que paguen una proporción justa». Sin embargo, si Harris gana la Casa Blanca, la implementación de su programa dependerá de la aprobación del Congreso que resulte de las elecciones de noviembre.
Algunos expertos han expresado preocupación de que los planes de Harris podrían tener efectos no deseados. Por ejemplo, sugieren que la propuesta del cheque vivienda por 25.000 dólares podría aumentar la demanda en el sector inmobiliario y, con ello, inflar los altos precios que Harris intenta combatir.
En un intento por marcar diferencias con su rival, Donald Trump, Harris presentó su programa en Carolina del Norte, uno de los estados bisagra clave. A pesar de las críticas de que su campaña carece de posiciones políticas definidas, Harris parece estar empleando una estrategia de «ambigüedad estratégica» para evitar ataques perjudiciales de las grandes empresas o grupos de presión.
Por su parte, la propuesta económica republicana tiene como uno de sus pilares los recortes de impuestos, una estrategia ya utilizada por Trump durante su mandato. El expresidente redujo la tasa corporativa del 35% al 21% e implementó otros recortes que expirarán el próximo año. Al igual que Harris, Trump ha propuesto que las propinas no tengan que pagar impuestos.