El presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, se ha visto envuelto en una polémica por sus recientes comentarios sobre la situación política en Venezuela, lo que ha provocado críticas de parte del Socialismo Democrático. En particular, sus declaraciones han atraído la atención en el contexto de la proclamación de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del 28 de julio, un evento que ha mantenido al Partido Comunista en el centro de las críticas debido al apoyo manifestado por sus miembros hacia el líder chavista.
Carmona abordó el régimen de Maduro en una entrevista con La Tercera, donde defendió su postura, argumentando que al asociar su partido con una dictadura, se está «blanqueando la dictadura de Pinochet». Este argumento se basa en la creencia de que se están justificando las atrocidades humanas cometidas durante la dictadura de Pinochet para controlar la política en un país, y luego, para establecer el sistema neoliberal, cuya repercusión se ve en Venezuela.
Las declaraciones de Carmona han sido desestimadas por algunos como un intento de justificar lo injustificable. El diputado del Partido por la Democracia (PPD) y ex presidente de la Cámara, Raúl Soto, las describió como «un argumento absurdo e inverosímil». Soto sostuvo que ambos líderes, tanto Maduro como Pinochet, son dictadores y deben ser reconocidos y tratados como tales, independientemente de su inclinación política.
En esa línea, el jefe de bancada de diputados PPD, Jaime Araya, aseveró que «a estas alturas, Lautaro Carmona perfectamente podría haber sido ministro de Pinochet, nada que envidiarle a Sergio Diez que fue a negar a Naciones Unidas los detenidos desaparecidos». Araya acusó a Carmona de ser un defensor de la «narcodictadura» de Maduro y de las violaciones a los derechos humanos, así como del fraude electoral.
Por su parte, el jefe de bancada de diputados del Partido Socialista, Daniel Manouchehri, afirmó que «las dictaduras son regímenes donde no existe independencia y separación de poderes del Estado y donde se vulneran sistemáticamente los derechos humanos. Tanto Pinochet como Maduro cumplen esas condiciones para ser catalogados como dictadores».
La discusión política en torno a la situación en Venezuela y las declaraciones de Carmona también han atraído la atención del diputado del Partido Socialista, Leonardo Soto, quien comentó que «a mi juicio, no hay dictaduras buenas y dictaduras malas. Ambos gobiernos -el de Maduro y el de Pinochet – son dictatoriales, ambos se mantienen por medios antidemocráticos, persiguen a sus opositores hasta fuera del país y hacen fraude electoral. Ciertamente la dictadura de Pinochet usó la violencia con fines de genocida contra sus adversarios, pero no se puede descartar que Maduro siga el mismo camino de Pinochet».
La controversia sobre las declaraciones de Carmona y la situación en Venezuela pone de relieve las tensiones políticas en Chile y la lucha por definir y confrontar la naturaleza de los regímenes autoritarios, independientemente de su orientación política. Es un debate que continúa generando fuertes opiniones y que demuestra la importancia de la democracia y los derechos humanos en la discusión política contemporánea.