Feministas en Túnez exigen la liberación de presas de conciencia, según Kais Said | Internacional

EL PAÍS

El feminismo tunecino ha sido un poderoso movimiento de igualdad y defensa de los derechos de la mujer en el país árabe. Sin embargo, este año, la celebración del Día de la Mujer Tunecina el 13 de agosto, que ha sido una fiesta nacional desde 1957, ha tomado un giro diferente. En lugar de sus demandas tradicionales de igualdad entre hombres y mujeres en los derechos sobre herencia, las organizaciones feministas agrupadas en la plataforma Dinámica Feminista han lanzado una campaña que tiene un objetivo más urgente: la liberación de ocho presas de conciencia.

Para Dalila Mahfoud, presidenta de la organización Mussawat (Igualdad), miembro de Dinámica Feminista, la campaña es una respuesta al creciente número de mujeres encarceladas por sus opiniones políticas, una situación sin precedentes en la historia de Túnez. La campaña culminó con una manifestación en el centro de la capital de Túnez el martes, a la que asistieron cientos de personas rodeadas por un fuerte dispositivo policial. Las manifestantes repetían eslóganes como “¡Contra la reacción, revolución feminista!” y “¡Libertades, ya murió el Estado policial!”.

Las presas de conciencia objeto de la campaña incluyen políticas, periodistas y activistas sociales como Cherifa Riahi, Saadia Mosbah, Sonia Dahmani, Chaima Issa, Chadha Hadj Mbarek, Leila Kallel, Mariem Sassi y Abir Moussi. El arresto de Sihem Bensedrine, una destacada figura política y disidente durante la dictadura de Ben Alí, así como presidenta de la Comisión de la Verdad tunecina, ocurrió después de que se lanzó la campaña para pedir la liberación de estas mujeres.

Según Mahfoud, el presidente Kais Said tiene una visión patriarcal del papel de la mujer en la sociedad y no cree en la igualdad de género. Desde que Said asumió el poder, la representación política de las mujeres ha sufrido una regresión notable. El régimen de Said eliminó la norma que obligaba a la paridad de género en las listas electorales, lo que resultó en una reducción drástica del número de diputadas en el Parlamento.

Inés Jaibi, abogada e investigadora para el think tank TIMEP, señala que las restricciones a las libertades individuales han ido en aumento con el tiempo en Túnez. Muchas de las mujeres encarceladas han sido condenadas sobre la base del Decreto 54 de 2021, que establece castigos por la difusión de noticias falsas. Este decreto es ambiguo y deja un amplio margen de interpretación a las autoridades, lo que ha resultado en un aumento en el número de presos de conciencia en el país.

La libertad de prensa también ha sido objeto de ataque por parte del régimen de Said. Según el Sindicato de Periodistas Tunecinos, desde mayo de 2023, ha habido 39 procesos judiciales contra periodistas por delitos de opinión, la mayoría basándose en el Decreto 54, y cinco profesionales están encarcelados.

Las elecciones presidenciales, que se celebrarán el próximo 6 de octubre, también han sido objeto de controversia. Abir Moussi, una de las mujeres incluidas en la campaña de Dinámica Feminista, fue condenada a dos años de prisión la semana pasada, el mismo día en que otros cinco candidatos también fueron sentenciados. Tras la criba de la junta electoral hecha pública el sábado, solo tres candidatos podrán concurrir a las elecciones.

El intento de Said de eliminar a los adversarios más peligrosos de la contienda electoral podría ser una señal de debilidad. Aunque su golpe de Estado fue inicialmente bien recibido por la mayoría de los tunecinos, el apoyo al presidente ha disminuido a medida que no se ha logrado restaurar la prosperidad añorada del pasado. Algunos de sus seguidores más conocidos han retirado su apoyo y, según los sondeos, Said retiene el respaldo de más del 40% de la población, pero un reciente estudio sugiere que un porcentaje significativo de la sociedad tiene miedo y oculta su oposición al presidente.

Deja una respuesta