El pasado jueves, Donald Trump se convirtió en el centro de atención en la Convención Republicana, donde dio su discurso de aceptación como candidato a la Casa Blanca. Su aparición en el escenario del Fiserv Forum en Milwaukee fue recibida con una ovación ensordecedora que casi hizo temblar el estadio de baloncesto, un indicio claro de su dominio absoluto en el partido.
La Convención Republicana, una reunión política de gran importancia, tuvo lugar en el Fiserv Forum, un estadio de baloncesto en Milwaukee. Este evento contó con una variedad de personalidades y momentos notables. El cantante de country Lee Greenwood interpretó «God Bless the USA», una canción que se ha convertido en un himno para los seguidores de Trump. Mientras tanto, Trump agradeció a la multitud con un tono reflexivo y un paso lento.
La atención se centró en Corey Comperatore, un bombero voluntario que fue víctima de un atentado reciente en el que Trump casi perdió la vida durante un mitin en Pensilvania. En un gesto de respeto, Trump besó el casco de bombero de Comperatore y anunció que se había recaudado $6.3 millones para las familias de Comperatore y los otros dos heridos, David Dutch y James Copenhaver.
Después de este emotivo momento, el silencio reverencial se apoderó del estadio. Trump, hablando con más calma de lo habitual, compartió su experiencia con el intento de asesinato. Con la oreja aún vendada, Trump comentó que no volvería a hablar del incidente, ya que le resulta traumático recordarlo.
Mientras Trump hablaba, el fervor de los delegados republicanos era palpable. Interrumpían su discurso con cánticos de aliento y apoyo, como «¡Queremos más Trump!», «¡U. S. A! ¡U. S. A!» y «¡Lucha! ¡Lucha! ¡Lucha!», en honor a lo que dijo Trump después de que una bala le rozara la oreja. En un punto, Trump exclamó: “Esta noche no debería estar aquí”, a lo que sus fieles respondieron: «¡Sí, tenías que estar con nosotros!».
Después de compartir su experiencia, Trump volvió a su estilo habitual, con sus ataques, chistes, mentiras, verdades a medias y exageraciones. No obstante, hizo una promesa: si gana en noviembre, será el «presidente de toda América y no solo de la mitad de América».
Tucker Carlson, el ex presentador de Fox News, fue uno de los oradores que se dirigió a la multitud. Con risa nerviosa, se refirió veladamente a Joe Biden diciendo que hoy en Estados Unidos hasta un hombre muerto podría ser presidente.
Entre los delegados, el ambiente era festivo. Desde sombreros con forma de queso hasta un imitador de Elvis, la Convención Republicana presentó un desfile de extravagancias. No obstante, uno de los momentos más destacados fue la aparición de la leyenda de la lucha libre, Hulk Hogan, quien rompió su camiseta para revelar otra, la de la campaña de Trump-Vance.
Kid Rock, estrella del rap-metal de los noventa, también ofreció una actuación enérgica que contrastó con la elegante entrada de Melania Trump, acompañada por el adagio de la Novena Sinfonía de Beethoven.
Al finalizar el discurso de Trump, la familia Trump subió al escenario y los globos comenzaron a caer sobre los delegados. En total, dos hijos de Trump (Donald Jr. y Eric), una nieta (Kai) y dos nueras (Lara Trump y Kimberly Guilfoyle) participaron en la Convención, marcando un hito en la historia del partido.
La noche culminó con una actuación del tenor Christopher Macchio, quien interpretó «Nessun Dorma», una aria del último acto de Turandot. Mientras los delegados abandonaban el estadio, Trump permaneció en el escenario, observando los globos rojos, blancos y azules cayendo en su honor. Este evento será recordado no solo por su intensidad emocional, sino también por sus perspectivas electorales prometedoras.