El comercio mundial se encuentra en un estado de tensión a medida que las políticas de aranceles a los coches eléctricos de China entran en escena. Aunque pueda parecer que estos aranceles se dirigen solo a los fabricantes chinos, la realidad es que cualquier fabricante europeo o estadounidense que produzca sus modelos en China también se ve afectado. A medida que la industria automotriz global se mueve hacia la electricidad, las decisiones sobre aranceles tienen un impacto significativo en la economía global y en el destino de las marcas de automóviles más grandes del mundo.
Un cambio importante en la forma en que se imponen estos aranceles puede beneficiar a los gigantes automovilísticos BMW y Volkswagen. La Comisión Europea ha indicado que estos dos fabricantes podrían verse favorecidos por un cambio en los aranceles que les corresponderían.
La Comisión Europea comenzó una investigación en octubre de 2023 y, aunque BMW y Volkswagen no fueron el centro de esta investigación, estas empresas se verían afectadas si se les impusiera el arancel del 37,6%, el más alto posible. Esto se suma al 10% correspondiente a la importación de vehículos a la Unión Europea.
Sin embargo, la historia podría cambiar. Alemania, por ejemplo, se opone a estos aranceles por temor a posibles represalias de China. BMW y Volkswagen comparten este miedo. Los modelos MINI de propulsión eléctrica de BMW y el Cupra Tavascan del Grupo Volkswagen se fabrican en China. Además, una gran parte de los beneficios anuales de estos fabricantes alemanes provienen de China.
La solución podría venir en forma de un cambio de clasificación. Si la Comisión Europea clasifica a BMW y Volkswagen como marcas cooperantes, el arancel se reduciría del 37,6% al 20,8%. Esto facilitaría la tarea de ofrecer sus productos en el mercado europeo, manteniendo al mismo tiempo el margen de beneficio deseado. Es importante recordar que estos aranceles pueden ser modificados mediante audiencias con la Comisión Europea y presentando pruebas pertinentes, antes de que se asienten en noviembre por un período mínimo de cinco años.
Tesla se encuentra en una situación similar. La compañía produce unidades del Tesla Model 3 en Shanghái, que es actualmente el coche eléctrico más matriculado en nuestro país. Tesla ha solicitado sus propios aranceles para lograr condiciones más favorables.
Más allá de BMW, Volkswagen y Tesla, hay otro caso único: los fabricantes de coches eléctricos en China que no estaban fabricando coches eléctricos durante la investigación de la Comisión Europea. Estos casos serán investigados más adelante por la Comisión Europea, con un plazo hasta finales de otoño.
La imposición de aranceles a los coches eléctricos de China tiene una serie de ramificaciones que afectan a todo el panorama automovilístico global. Como se ha mencionado, los aranceles no solo afectan a los fabricantes chinos, sino que también tienen un impacto en los fabricantes europeos y americanos que producen sus vehículos en China. También tienen el potencial de provocar represalias comerciales, lo que podría aumentar aún más la tensión en el comercio mundial.
La posibilidad de que BMW y Volkswagen sean clasificados como marcas cooperantes y reciban un arancel reducido podría ofrecer un respiro a estos gigantes automovilísticos. Sin embargo, aún queda por ver cómo responderán China y otros actores globales a esta posibilidad.
Más allá de los casos individuales de BMW, Volkswagen y Tesla, la situación en China también afecta a los fabricantes de coches eléctricos que no estaban fabricando coches eléctricos durante la investigación de la Comisión Europea. La decisión de cómo manejar estos casos será fundamental para el futuro de la industria de los coches eléctricos en China y en todo el mundo.
A medida que avanzamos en la era de los vehículos eléctricos, las decisiones sobre aranceles y comercio tendrán un impacto significativo en la forma en que se moldea la industria automotriz global en los próximos años.