En una emocionante revolución de la industria automotriz, la marca coreana SsangYong ha pasado a ser oficialmente KGM. Pese a este cambio en la denominación comercial, la distribuidora española Astara seguirá siendo la gestora de la firma en España y muchos otros países. Este cambio de nombre y lo que implica para la empresa y sus clientes es un tema de interés para muchos.
¿Por qué SsangYong pasa a llamarse KGM?
Después de dos malas experiencias bajo la dirección de SAIC (China) y Mahindra (India) en las últimas dos décadas, que resultaron en procesos concursales y una gran desinversión, el fabricante de automóviles más antiguo de Corea del Sur, con 70 años de historia, ha pasado a ser propiedad de un grupo empresarial del mismo país, el KG Group. Este grupo es una supercorporación muy diversificada que factura 13.800 M € anuales en varias líneas de negocio.
Aunque el eslogan de KGM es «Korea Genuinely Made» (genuinamente hecho en Corea), su nombre se debe a KG Mobility, una nueva vía para su dueña, que hasta ahora era experta en industrias como la del acero, la química, la energética, la financiera, la logística o la agroalimentaria. Se espera que el área de automoción facture más de 2.500 M € al año desde su inicio.
Entre los cambios notables, KG Group ha adquirido el 59% de las acciones de SsangYong, y ha optado por el nombre KGM en lugar de mantener el nombre SsangYong. Este cambio de nombre no es una locura, ya que KGM son unas siglas cortas y simples que son más fáciles de recordar, pronunciar y escribir, facilitando su reconocimiento. Además, el hecho de que el grupo sea del mismo país implica la desaparición de barreras ideológicas que surgieron antes.
El año 2024 será de transición, mientras que en 2025 se producirán los cambios definitivos en la identificación de los productos y las tiendas.
¿Qué implica la adquisición por parte de KG?
Por un lado, KG Group tiene el objetivo de vender 320.000 unidades en todo el mundo (operará en más de 120 países), 70.000 de las cuales se colocarán en los 39 mercados europeos. De estas, se espera que alrededor del 20% se matriculen en España. Estas son cifras ambiciosas que duplican (o más) las que SsangYong ha demostrado hasta ahora. Además, la red comercial y de postventa internacional crecerá.
Por otro lado, se aspira a una mayor solidez financiera y tecnológica. Esto implicará la reestructuración y optimización de algunos procesos industriales, pero lo más interesante es una colaboración con BYD para el suministro de sistemas de impulsión en vehículos híbridos y eléctricos. A cambio, KGM permitirá el ensamblaje de baterías en suelo coreano para evitar aranceles en la UE.
Además, entre 2025 y 2026, llegarán cinco nuevos SUV y 4×4 que ampliarán la gama sin sustituir a los modelos ya presentes. Se trata de tres versiones del Torres, dos de las cuales serán eléctricas y una híbrida, así como dos todocaminos con carácter offroad, llamados KR10 y F100.
El logotipo de SsangYong, que representa dos dragones de forma abstracta, se mantendrá, al menos en los volantes. En España, KGM aprovechará una de las mejores redes que tenía SsangYong: más de 50 concesionarios y 80 talleres. Se reforzará un almacén de recambios en Holanda para superar el nivel de servicio actual. Las flotas institucionales y de taxi seguirán siendo un canal muy relevante, y se prevé una ampliación de capital y replanteamiento de la estrategia de mercado, branding y posicionamiento en Internet.
Con más de 90.000 unidades vendidas en España en casi 30 años, SsangYong ha demostrado su valor en el mercado. El acuerdo con BYD recuerda al de Daimler en 1991 y podría revolucionar la compañía surcoreana, lo que significa que el futuro de KGM parece prometedor.